Por Marco López<br>marcol@uhora.com.py<br>Hace cincuenta años un grupo de innovadores artistas brasileños fusionaron la samba y el jazz y dieron forma a uno de los estilos más conocidos provenientes del Brasil: la bossa nova (nueva ola o voz nueva).<br>La interpretación del bahiano João Gilberto de la canción Chega de Saudade registrada en un single en julio de 1958 marca el comienzo de esta nueva vertiente.<br>La grabación de Gilberto era novedosa y hasta extraña para muchos: su voz era suave, casi un susurro e iba a un ritmo muy lento, mientras que los acordes de la guitarra parecían seguir otro camino, otro ritmo. Además, el joven músico evitaba el vibrato, un recurso muy utilizado en la época por los cantantes.<br>Esta combinación de Gilberto fue la piedra fundamental de la bossa nova.<br>COMIENZO DIFÍCIL. Sin embargo, lo que resultaba nuevo y fresco para algunos, era raro y hasta desagradable para muchos. Es por eso que el inicio sería lento y en el Brasil el éxito masivo del género sólo llegaría años más tarde.<br>En los años siguientes, Gilberto grabaría tres discos fundamentales: Chega de Saudade (1959), O Amor, o Sorriso e a Flor (1960) y João Gilberto (1961).<br>Tom Jobim, Vinicius de Moraes, Newton Mendonça yJoão Gilberto formaban parte del nuevo movimiento que fue ganando adeptos, principalmente entre los universitarios. Todos ellos eran grandes aficionados al jazz y a la música tradicional de Brasil.<br>El trabajo y la pasión de estos artistas comenzaban a dar ya sus frutos, mientras que la genialidad de Jobim despertaba con la incorporación de armonías complejas y disonantes, provenientes del jazz.<br>ÉXITO EN EEUU. La primera “salida” al exterior de la bossa se produce en 1961, cuando el guitarrista de jazz estadounidense Charlie Byrd visita Brasil y queda encantado con el nuevo estilo. A su vuelta a EEUU se encuentra con su amigo, el saxofinista Stan Getz, que también es impresionado.<br>Al año siguiente, Byrd y Getz lanzan Jazz Samba, que se convierte en un éxito instantáneo en los Estados Unidos.<br> PREMIOS GRAMMY. Las producciones Getz/Gilberto I y II (1963 y 1964), que cuentan con la participación en vocales de Astrud Gilberto (esposa de João) y los arreglos de Jobim, elevarían a la bossa nova a una nueva categoría.<br>Prueba de ello son los premios Grammy que logra Garota de Ipanema en 1964, entre ellos el de grabación del año, mejor producción y mejor álbum de jazz. <br>SINATRA. La aparición de Frank Sinatra tampoco puede tomarse a la ligera, ya que colaboró al exportar el género a todo el mundo.<br>En 1967 el cantante estadounidense invitó a Jobim para grabar Francis Albert Sinatra & Antonio Carlos Jobim.<br>A Sinatra le seguirían una infinidad de artistas de EEUU y de otras partes del mundo, quienes fueron incorporando las creaciones del nuevo estilo en sus repertorios.<br> Así, cincuenta años después de haber nacido, la bossa nova sigue expandiéndose por el planeta, adoptando nuevas formas y ganando nuevos adeptos que garantizan que el género creado por los genios brasileños no morirá nunca.<br>UN DISCO QUE CASI NO VE LA LUZ<br>João Gilberto no había tenido la oportunidad de grabar hasta 1958. Su amigo Tom Jobim consiguió que el representante del sello Odeon le escuchara cantar Chega de Saudade. Sin embargo, la interpretación de Gilberto no convencía.<br> La influencia de Jobim y otros directivos de Odeon hicieron que finalmente entrara al estudio a grabar. Por varios meses el disco permaneció en el olvido en Río de Janeiro. Sin embargo, en São Paulo los esfuerzos de Odeon comenzaron a dar frutos. Más tarde también los cariocas comenzaron a oír la novedosa canción.<br>