Por Andrés Colmán Gutiérrez
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”...Desde que tuve la desgracia de conocerlo (a Vicente Ignacio Iturbe) he dado a luz dos fetos, sin que mi descaro hubiese escandalizado al público. He procurado siempre manejarme en la mayor reserva, conservando en lo posible mi opinión. Una mujer que se maneja de este modo no merece el llamarse escandalosa y común, mayormente si sus liviandades quedan sepultadas en el silencio”.
En estos términos se expresaba Vicencia Villalba, madre de una niña de 4 años de edad, cuya paternidad atribuía al prócer de la Independencia el capitán Vicente Ignacio Iturbe en una denuncia presentada inicialmente ante la Junta Superior Gubernativa, integrada por Fulgencio Yegros, José Gaspar Rodríguez de Francia, Pedro Juan Cavallero y Fernando de la Mora, en febrero de 1813, casi dos años después del histórico suceso en que el héroe militar había intimado a la rendición al gobernador español Bernardo de Velasco, el 15 de mayo de 1811.
Aunque se trata de un episodio hasta ahora muy poco conocido y difundido, el texto de la denuncia de Vicencia Villalba aparece transcripto literalmente por el historiador paraguayo José Antonio Vázquez en un libro publicado en Buenos Aires, en 1975.
Jóvenes historiadores como la escritora Ana Barreto reprodujeron recientemente el documento en las redes sociales de internet, en días previos a la celebración del Bicentenario, y en los comentarios al pie no faltó quien compare la denuncia por paternidad contra el prócer Iturbe con otras más actuales, de las que fueron objeto algunos políticos contemporáneos, incluido el propio actual presidente de la República, Fernando Lugo.
EL RECLAMO DE VICENCIA. Vicente Ignacio Iturbe, nacido en San Pedro del Ycuamandyyú, en 1786, ya estaba casado en 1811 con Luisa Bernarda de Echagüe cuando se desencadenan los históricos sucesos de mayo, que desembocan en la renuncia del gobernador Velasco y abren paso al inicio de la Independencia del Paraguay.
Iturbe había tenido una destacada actuación militar en las batallas de Paraguarí y Tacuary, contra la expedición del general argentino Manuel Belgrano, en marzo de 1811, y era considerado uno de los mayores héroes del momento.
En los sucesos del 14 y 15 de mayo, es Iturbe quien se presenta a intimar a la rendición al gobernador español Bernardo de Velasco, acompañado de su hermano Juan Manuel.
La historia recoge su celebrada proclama: “Querido pueblo paraguayo, soy Vicente Ignacio Iturbe y les traigo buenas noticias. Hoy, 15 de mayo de 1811, nos tornamos un país libre. No recibiremos más órdenes de la Corona española ni tampoco volveremos a cumplir reglas injustas. Seremos gobernados por personas como nosotros. Ya no sufriremos más la extorsión de la Metrópoli ni la discriminación hacia los criollos en la distribución de cargos públicos...”
Posteriormente, ya instalado un nuevo Gobierno libre de España, Iturbe se traslada a su pueblo natal, San Pedro de Ycuamandyyú, donde ejerce como comandante militar, cuando en febrero de 1813 aparece públicamente la mujer llamada Vicencia Villalba, quien afirma haber tenido una hija extramatrimonial con el prócer, concebida incluso un año antes de la gesta independentista, presentando una primera denuncia por paternidad ante la Junta presidida por Francia, Yegros, Caballero y De la Mora.
“Vicencia Villalba, vecina de esta, ante V. S. con el debido respeto digo: que el señor comandante de Icuamandiyú, don Vicente Iturbe, me ha quitado una hija llamada Petrona Regalada Mamerta, de edad de cuatro años y más, a pretexto de ser prenda suya, solo sí alego que dicho señor nunca me ha suministrado cosa alguna, a excepción de $ 16, que ahora poco contribuyó para la que fue ama de leche de dicha criatura...”, decía la mujer en su denuncia.
ATAQUES A LA MUJER. En su primer reclamo ante la Junta, la mujer reclama no solo porque Iturbe dejó de brindarle ayuda económica, sino porque no le permitía ver a la hija, que era mantenida en poder de la madre del prócer, Carmela Domínguez, donde -según la denuncia- era maltratada.
El historiador Vázquez relata que los miembros de la Junta corren el traslado del pedido a Iturbe, en San Pedro, pero el mismo “hízose del callado... y transcurrieron dos meses”. El pedido se reitera, mientras se dispone que la madre del prócer permita a Vicencia poder ver a su hija.
Finalmente, Iturbe contesta al pedido, pero atacando a la mujer de tener “una conducta escandalosa y corrompida”, y de haber engendrado a tres hijos más, a lo que ella contesta enfadada, en otra nota ante la Junta, en mayo de 1813.
“Son unas calumnias groseras e indignas de un oficial que se llama de honor. No he tenido tres hijos más, ni he sido mujer común...”, alega la mujer en su defensa.
El juicio se suspendió a esta altura, destaca el autor José Antonio Vázquez. “En 1816, con Francia en el poder, Vicencia se presenta nuevamente con ánimo de insistir y pide se le dé el expediente, lo que el Dictador proveerá favorablemente. Aun así, no llevó adelante el pleito, lo que sugiere que a alguna fórmula de arreglo arribó con los Iturbe”, escribe el historiador.
Al ser elegido Rodríguez de Francia como Dictador Temporal en 1814, Iturbe presentó su renuncia como comandante delegado de San Pedro, pues existía una vieja enemistad entre su padre político Narciso de Echagüe y Francia. Al igual que otros próceres de la Independencia, Vicente Ignacio fue acusado de formar parte de un complot contra el dictador y fue encarcelado durante 15 años, para posteriormente ser fusilado el 27 de mayo de 1837.
Vicencia Villalba, junto con su hija Petrona Regalada, sobrevivió a Iturbe y a Francia, y aún estaba llena de vida cuando Carlos Antonio López llega al poder en 1844, destaca el historiador José Antonio Vázquez.