Por Luján Román | lujan-roman@ultimahora.com.py
El tercer obispo más longevo del mundo, uno de los escudos de la libertad política y social del pueblo paraguayo, cumple hoy 96 años de vida. Se trata del paradigmático religioso Ismael Blas Rolón.
Su vida límpida y representativa en lo moral y religioso, lo convierten en un ejemplo moral dentro de la Iglesia latinoamericana y paraguaya.
La figura del religioso, desde la visión de algunos referentes sociales del país, refleja el compromiso social con el pueblo paraguayo como pastor de la libertad y los derechos humanos.
Crucifijo al cuello, bastón en mano y sin bajar la mirada, encabezó la “procesión del silencio”, que marcó un antes y un después en la historia de la dictadura stronista.
Con una emoción desbordante, la escritora Margarita Durán lo valora por “su convicción y entereza para salir al paso de los policías en defensa de los niños, jóvenes y ancianos”, en aquella jornada en la que “los mudos basta ya” del pueblo resonaron en todo el país.
Unidos por una amistad incalculable, Durán (ex dominica) lo recuerda como un incansable motor de aliento de la Iglesia. “Para mí es un regalo haber caminado junto con él un pedacito de esa rica vida religiosa”, sostuvo.
El obispo, “quijote de los derechos humanos”, quedó en la retina de sus contemporáneos por la decisión indeclinable de abandonar el Consejo de Estado. Esto marcó el fin del matrimonio Iglesia-Estado durante la dictadura. Para el sociólogo José Carlos Rodríguez, “Rolón produjo un cambio marcante en la conciencia pública”.
Ismael Rolón es la persona que puso en el “centro de la preocupación del sistema pastoral el problema de los derechos humanos en el Paraguay”, asegura Rodríguez, quien lo considera uno de los próceres de la reconstrucción paraguaya.
La lucha social del religioso estuvo marcada por la defensa incansable de la democracia y la apertura política.
Según la politóloga Line Bareiro, el ex prelado “significa para el pueblo paraguayo lo mejor de la Iglesia Católica del Paraguay, es la Iglesia solidaria que está con la democracia, contra la dictadura y los autoritarismos”.
La claridad y la firmeza de la postura, así como la vehemencia de sus pronunciamientos fueron claves, según Bareiro. “No había dudas de cómo era el monseñor Rolón, él fue el protector de la gente oprimida”, asevera.
Esperanza Martínez, ministra de Salud, sobrina de Monseñor Rolón, recuerda el apoyo que daba a los perseguidos políticos. "él fue un gran mediador, uno de los pocos hombres de esta sociedad a los que Stroesner le tenía respeto”.
RELIGIOSO. Según sus memorias, su convicción religiosa surgió en su infancia. Entre juegos y diversión, germinó en su conciencia la vocación salesiana y sacerdotal en las aulas, canchas y capilla del Salesianito, en el que cursó sus estudios hasta 1927.
Ser un soldado de Dios para el combate diario, fue su lema desde sus inicios en la vida religiosa con tan solo 13 años. En palabras del padre Pablino González, para la congregación salesiana “tenerlo a monseñor Rolón como miembro es un orgullo, sin lugar a dudas es un héroe civil de fortaleza intachable”.
En el día de su cumpleaños, las personas a las que él defendió a capa y espada durante la era stronista, esperan que el testimonio de vida de este ferviente defensor de los más débiles permanezca en la memoria viva de los paraguayos.
Abrazado con amor a su misión sacerdotal, vivió sus años de lucidez, fiel a sus celebradas homilías en Caacupé, orando por la libertad de su pueblo.
En los primeros días de enero, el pa’i Rolón estuvo internado en un sanatorio de la capital durante varios días, aquejado por una bronconeumonía. Afortunadamente, su cuadro evolucionó favorablemente y en este momento se encuentra estable, según las enfermeras que lo cuidan.
El arzobispo emérito de Asunción, uno de los 17 obispos con más edad en el mundo, celebrará hoy su largo peregrinar por la tierra con una eucaristía en la parroquia Domingo Savio, donde reside desde hace varios años.
SU PEREGRINAR POR LA IGLESIA CATÓLICA
Esta figura trascendental de la Iglesia paraguaya nació el 24 de enero de 1914.
Ese mismo año, fue bautizado en una gira pastoral por el recordado monseñor Juan Sinforiano Bogarín.
Con 13 años, ingresó al Seminario Salesiano de Manga, Uruguay. El 23 de noviembre de 1941 se ordenó sacerdote. Fue nombrado prelado de Caacupé, el 2 de agosto de 1960.
Ayer se cumplieron 44 años de su proclamación como primer obispo de la capital espiritual del país en 1966.
Cuatro años más tarde, Ismael Rolón fue promovido a arzobispo de Asunción. En el año 1989, al cumplir sus 75 años se convirtió en arzobispo emérito de Asunción. En su larga vida sacerdotal, fue miembro del Consejo permanente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), presidió la Comisión Episcopal para el Seminario Mayor Nacional y fue obispo responsable del Equipo Nacional del Clero.