EEUU e Irán se enzarzaron en un cruce de acusaciones tras el derribo de un dron de la Armada estadounidense por parte de la Guardia Revolucionaria iraní, una acción que Teherán atribuye a una violación de su espacio aéreo, acusación que fue rechazada ayer por Washington.
El Gobierno de Irán fue el primero en informar del incidente cuando, mediante un comunicado, los Guardianes de la Revolución anunciaron el derribo de la aeronave no tripulada, un MQ-4 Triton, cuando realizaba tareas de vigilancia. Según la fuerza de élite iraní, el dron fue abatido con un misil tierra-aire cuando entró en su espacio aéreo en las primeras horas de ayer y voló sobre la región de Koohe Mobarak, en la provincia meridional de Hormozgan.
El comandante en jefe de los Guardianes, Hosein Salamí, subrayó en declaraciones a la agencia Tasnim que el derribo del aparato supone un mensaje decisivo y claro para que EEUU respete la integridad territorial, la seguridad nacional y los intereses vitales de Irán. “Los defensores de las fronteras del Irán islámico mostrarán reacciones decisivas y directas a la agresión contra este territorio por parte de cualquier extranjero”, advirtió el comandante.
Sin embargo, el Pentágono rechazó estas acusaciones y ha asegurado que se trató de un acto no provocado cuando el aparato se encontraba realizando tareas de reconocimiento sobre aguas internacionales a 34 kilómetros de territorio iraní. “Los informes que apuntan que la aeronave se encontraba sobre Irán son falsos”, afirmó el capitán Bill Urban, portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EEUU (CentCom), responsable de las operaciones en Oriente Medio.
El capitán agregó que se trató de un ataque sin mediar provocación contra un elemento de vigilancia que se encontraba en el espacio aéreo internacional.
Posteriormente, el Pentágono divulgó un video con el supuesto derribo, aunque las imágenes, de escasa calidad, apenas muestran el rastro de humo del supuesto misil y una fuerte deflagración sin más detalles.
En una breve comparecencia sin preguntas desde la base de Al Udeid, en Qatar, que pudo seguirse desde el Pentágono, el teniente general Joseph Guastella, comandante de las Fuerzas Aéreas del CentCom, dijo que el dron “no había violado el espacio aéreo iraní en ningún momento durante su misión”.