ADÉN - YEMEN
El líder supremo iraní calificó ayer de genocidio la intervención militar en Yemen liderada por su principal rival regional, Arabia Saudita, intensificando la retórica de Teherán contra una campaña de ataques aéreos que ya se ha prolongado por dos semanas.
El ayatolá Ali Khamenei dijo que Arabia Saudita no saldría victoriosa de la guerra en Yemen, donde los combatientes houthi, que cuentan con el apoyo de Irán, controlan la capital Saná y están intentando capturar la sureña ciudad de Adén de manos de milicias locales.
Irán ha instado a una interrupción de los ataques aéreos en varias ocasiones y pidió un diálogo en Yemen, pero las declaraciones de Khamenei fueron las más críticas realizadas hasta el momento por Teherán sobre la ofensiva de Arabia Saudita y sus aliados árabes. “Este es un crimen y un genocidio que puede ser llevado a cortes internacionales (...) Riad no saldrá victoriosa de esta agresión”, afirmó Khamenei.
califica de error. El presidente iraní, Hassan Rouhani, también criticó a la coalición formada por Riad, diciendo que repite errores cometidos en otras partes del mundo árabe donde la suní Arabia Saudita y el chií Irán apoyan a facciones rivales.
Ambos se pronunciaron un día después de que Irán dijo que enviaba dos barcos de guerra a la costa yemení y un portavoz de la coalición reiteró las acusaciones de Riad, negadas por Teherán, de que sus vecinos han entrenado y equipado a las fuerzas houthi, también chiíes.
Irán convocó al representante diplomático saudita en Teherán en respuesta a las “acusaciones sin fundamento”, dijo la agencia de noticias IRNA. Los incesantes ataques aéreos no han detenido a los houthis, apoyados por soldados leales al ex presidente Ali Abdullah Saleh, en su avance a Adén. Arabia Saudita dice que la campaña militar pretende frenar los avances de los houthis y restaurar el presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, quien huyó de Adén hace dos semanas, para que se reanuden las negociaciones mediadas por la ONU.
Los enfrentamientos han causado más de 600 muertos y desplazado a unas 100.000 personas, según Naciones Unidas. Trabajadores de ayuda han advertido de una catástrofe humanitaria próxima.
Jefes tribales locales y funcionarios de seguridad facilitaron el ingreso de fuerzas houthis a la ciudad de Ataq, donde tomaron control de las oficinas del gobierno local.