Cuando se habla del seguro del Instituto de Previsión Social (IPS) la principal queja siempre se centra sobre el pésimo servicio de agendamiento a través del call center, que representa un sistema infranqueable y burocrático.
El IPS –con la pandemia– centralizó los agendamientos de ciertas especialidades a través del call center, un sistema que pese a los años de implementación persiste con las falencias. En medio de la pandemia, el Instituto dio de baja el servicio gratuito del *152# vía mensaje de texto y limitó el agendamiento con especialistas por la web.
Estas barreras representan un dolor de cabeza constante para los cientos de cotizantes del principal seguro de los trabajadores. El call center no da respuestas a los asegurados ni logra responder la elevada demanda de las llamadas.
La burocracia se apoderó de este sistema. Por ejemplo, en caso que un asegurado llame cualquier día de la semana y logre ser atendido por un operador, a veces el resultado es: O se llenaron los cupos en la especialidad médica o debe llamar otro día específico, en que se habilitan los cupos.
Esto es un círculo frustrante para los que dependen exclusivamente de este sistema de llamada telefónica, que solo es gratuito desde una línea baja. Llamar al 180 de un celular puede llevar a la quiebra el saldo del asegurado.
A Gabriela Cañete no le quedó otra alternativa que viajar 50 kilómetros desde su casa ubicada en Benjamín Aceval, en el Departamento de Presidente Hayes, hasta el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS), ubicado en Asunción, con la finalidad de usar los teléfonos con conexión directa y gratis al call center y pugnar por un turno, en una especialidad que no está habilitada por la web: Otorrino pediátrico.
Al igual que ella, otros asegurados recurren a esta práctica porque no tienen línea baja o no disponen de recursos para saldo, o no tienen acceso a internet, lo que limita su acceso a un servicio de salud.
Esta es una de las maneras en que el IPS expulsa diariamente a los pacientes, que optan por usufructuar el sobrecargado sistema de salud pública o pagar la consulta en un centro privado, cuyos costos van desde G. 200.000 a 300.000 con especialidades médicas como dermatología, otorrino, endocrinología y otros.
IPS, a través de las redes, se suele jactar del sistema web Mi IPS, pero este medio no tiene disponible el agendamiento en Central en endocrinología, dermatología y otorrino pediátrico, entre otros. Pero, en los casos habilitados como traumatología, neurología, oftalmología la respuesta del sistema con frecuencia es: “No se encuentra ninguna cita libre”.
Es inaceptable que el IPS siga “sin escuchar” el clamor diario de los aportantes que piden que mejore el sistema del call center o que ofrezcan más vías accesibles para agendar una cita médica.
El suplicio de los asegurados debe tener una respuesta rápida de los consejeros y el presidente del IPS, doctor Vicente Bataglia.
La vida de las personas depende de agendar un turno, en un sistema que no tiene absolutamente nada de previsión. Todas y todos clamamos un derecho básico: El del acceso a la salud.
Esa puerta de entrada, que es el agendamiento por call center, hoy es infranqueable. No lo digo yo, lo dicen los cientos de asegurados.