La intervención del Estado, una discusión de antaño en filosofía, se volvió de nuevo vigente, sobre todo cuando se limitaron libertades y se dispararon precios de enseres relacionados con esta enfermedad, como mascarillas y alcohol, y que derivó en la exigencia de que instituciones como Sedeco controlen los precios.
La derecha liberal más radical reaccionó alegando que el Estado paraguayo es muy intervencionista.
Pero otros coinciden en que el Estado es un monstruo, pero necesario, como lo sostiene el filósofo político Thomas Hobbes en su libro Leviatán.
El politólogo Marcos Pérez Talia argumenta que el Estado debe garantizar el bienestar público y que para ello es necesaria su intervención, ya que el libre mercado no podrá asegurar derechos básicos.
“En la realidad actual, cómo vamos a estar a favor de que la mano invisible del mercado decida el precio, claramente, en una pandemia, la demanda se vuelve exponencial y por la ley de la oferta y la demanda, el precio tiende a subir, y más que nunca necesitamos la fortaleza del Estado, sino veamos lo que ocurre con la sanidad pública, que es la que finalmente combate la crisis”, manifestó.
Si bien Pérez Talia reconoce que los servicios públicos en Paraguay son deficientes, sostiene igualmente que la presencia estatal es fundamental para establecer el orden, empezando por el “pacto social”, que es la Constitución.
“El Estado es el que garantiza, como diría Hobbes, nuestra supervivencia como especie humana y tiene concepciones garantistas básicas como la salud, la educación, el derecho a la vida; hay derechos humanos esenciales que lamentablemente el libre mercado no es capaz de resolver y es necesaria la presencia de un Estado con su fuerza, que venga a equilibrar desvaríos propios de un libre mercado a ultranza”, analizó.
Pérez Talia comentó que el único que puede cerrar fronteras o limitar actividades públicas, como sucede actualmente, es el Estado. “Hasta el propio Adam Smith, en La riqueza de las naciones, propone la intervención del Estado para cuando el bienestar público está siendo socavado, por ejemplo, por comerciantes usureros”, citó. Asimismo, dijo no coincidir con filósofos como Friedrich von Hayek o Friedrich von Wieser, que plantean la separación total de la economía y el Estado, “y proponen una democracia librada bajo los mecanismos del mercado”, pero aclaró que no considera llevar la intervención al extremo, como dejar que el Estado se apropie de los medios de producción. “Ese es un debate acabado”, concluyó.
REGULAR PRECIOS. El senador colorado Sergio Godoy se sumó a la discusión y reaccionó a la afirmación de Sedeco de que el Estado no puede regular precios. “Falso, el libre mercado consagrado en el artículo 107 de la Constitución no es ilimitado, tiene limitantes propias del estado social de derecho que vela por la calidad de vida de los habitantes y centra el accionar estatal en la dignidad humana. Sí existe regulación de precios”, dijo.
Detalló que existen leyes reglamentarias al respecto.
“La Ley 4956 dispone que los precios de venta de bienes y servicios serán libremente determinados, salvo las excepciones que por ley se establezcan (artículo 4, número 2). Segundo, la Ley 1119 que regula, entre otros, el régimen de precios de productos de uso y aplicación en medicina humana; se establecen coeficientes diferenciados para fijar los precios (artículos 1 y 38). Tercero, Decreto N° 20996/98 que establece procedimientos para la fijación de precios”, añadió Godoy.
Necesitamos la intervención del Estado que equilibre desvaríos propios de un libre mercado a ultranza. Marcos Pérez Talia, analista.
El libre mercado consagrado en la Constitución no es ilimitado, tiene limitantes propios del estado social de derecho. Sergio Godoy, senador.