La polémica sobre la inseguridad volvió ayer a servir de arma arrojadiza entre el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, que polarizan de nuevo la campaña al Elíseo a tres semanas exactas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas.
Sarkozy, que hoy presentará su programa presidencial en una rueda de prensa en París, opinó que la seguridad es un tema importante de la campaña, al igual que el trabajo, el control de la inmigración y la problemática de la “identidad nacional”.
Para Sarkozy, la “histeria” de la izquierda frente a su propuesta de crear un ministerio para la inmigración y la identidad nacional, o cuando arremete verbalmente contra los que infringen la ley, pone de relieve la pérdida del “sentido moral”
“He hablado de ruptura moral y he visto que no ha gustado a una candidata (Royal), y persisto”, dijo Sarkozy en “Le Grand Jury” de la emisora de radio RTL, la cadena de televisión LCI y el diario “Le Figaro”.
Según Sarkozy, es “un escándalo” defender a quienes incumplen la ley, en alusión al joven que el pasado martes no pagó su billete de metro en la estación del norte de París y cuya detención provocó graves enfrentamientos entre jóvenes y fuerzas del orden.
“El fraude es un impuesto pagado por los pobres”, aseguró, y prometió que si gana las elecciones no defenderá los valores de “la asistencia, la nivelación y el igualitarismo”.
Sarkozy prometió un “plan Marshall 2" para las barriadas difíciles, donde, según Royal, en cualquier momento puede saltar la chispa para que se reproduzca la revuelta de otoño de 2005, que acabó con más de 10.000 vehículos incendiados y obligó al Gobierno a decretar temporalmente el estado de emergencia.
Para Royal, la “violencia verbal” de Sarkozy, quien sigue en cabeza en todas las encuestas, “augura mal su identidad personal”.
En una entrevista a la emisora “Europe 1", la candidata socialista, que ayer le acusó de “golpear por debajo de la cintura”, dijo que esa agresividad dialéctica trata de ocultar su “mal balance” en el Ministerio de Interior. EFE