En el capítulo Plaza pública de Desarrollo en Democracia (Dende), referido a inflación, Carlos Carvallo, ex miembro del directorio del Banco Central del Paraguay (BCP), dijo que lo menos recomendable ante el fenómeno inflacionario es brindar una respuesta mediante un control de precios, y más bien se debe tener una banca central independiente y creíble, que lleve la política monetaria consistente con la realidad económica.
“En la medida que la economía recobra cierta normalidad y converge a equilibrios y fronteras de posibilidad de producción, las políticas monetaria y fiscal deben acompañar, porque si permanecen expansivas, serán parte del problema”, dijo.
Apuntó también que además de la inflación relacionada a alimentos y combustibles, la de servicios empieza a recuperarse de manera sistemática.
Sobre la coyuntura actual, expresó que como el presente es un año bisagra, preocupa el ciclo político, ya que se puede converger o perder el ancla fiscal, dependiendo de ciertas decisiones a alto nivel en las esferas del poder. “Si miramos los indicadores, el mapa de calor de la deuda sobre los ingresos de la Administración Central, vemos que está por encima de ciertos parámetros de responsabilidad”, advirtió. Por su parte, la economista Verónica Serafini recordó que desde 2006 se viene teniendo inflación en alimentos y que no se trata de un fenómeno monetario ni coyuntural, porque es el resultado de la pérdida de capacidad de la agricultura familiar campesina de generar alimentos.
“Hoy podemos multiplicar por 10 la importación de alimentos respecto de lo que era hace 15 años”, sostuvo en la webinar en la que se enfatizó que la inflación afecta profundamente a los sectores más vulnerables.
Además de las políticas monetaria y fiscal, se necesita una política que ataque la suba de alimentos, según indicó la especialista.
A renglón seguido, mencionó que toda pobreza se reduce porque la gente trabaja más y porque hay un programa redistributivo; mientras recordó que en los últimos diez años el ingreso promedio de los paraguayos no aumentó, pero sí el precio de los alimentos.
Serafini precisó que si bien hay programas sociales que fueron creciendo en cobertura y que en parte sirvieron para paliar el aumento de precios en los alimentos; esa no es una respuesta completa, ya que otros efectos pueden ser también el aumento de la obesidad (un tercio de los niños y la mitad de los adultos en Paraguay son obesos).