El gremio explicó que es la peor cifra desde el 2013, cuando se sumaron a la molienda grandes fábricas y ampliaciones en otras. Además de la cosecha tardía influyeron en este comportamiento las restricciones sanitarias que obligaron a las empresas a modificar su modo de operar.
Asimismo, en los primeros cinco meses del año se aprovechó la capacidad de procesamiento en un 68%, siete puntos menos de la que se utilizó el año pasado.
Casi el 70% de la soja fue destinada para la fabricación de harina y 20,4% para el aceite.
Desde la Cappro insistieron al Gobierno en tomar medidas para recuperar la navegabilidad del río Paraná y mejorarla en el río Paraguay. El sector teme el paro de las fábricas ante las limitaciones de almacenar los productos si se interrumpen los envíos.