13 jun. 2025

Indígenas siguen migrando a Ciudad del Este

Son nativos de la parcialidad Ava Guaraní y Mbya y vienen de la zona de Caaguazú, Caazapa, Coronel Oviedo, San Pedro y Concepción. En más de una ocasión fueron devueltos a sus comunidades de origen, hoy están de nuevo en las calles mendigando para sobrevivir en la capital esteña.

indigenas en basurales

Lunes|3|NOVIEMBRE|2008

Redacción CDE

A nivel país hasta ahora no existe un programa de gobierno que busque mejorar la calidad de vida de los nativos. Para la UNICEF la situación es igual en los municipios fronterizos de Brasil y Argentina.

Un informe de la UNICEF revela que en las Tres Fronteras, la población indígena enfrenta graves problemas de sobrevivencia. La situación en el lado Paraguayo, se repite en Puerto Iguazú, Argentina, y Foz de Iguazú, Brasil, recurrentes por sobre todo por la falta de tierra para su reproducción social.

En Ciudad del Este, los indígenas sólo reciben víveres por parte de la Municipalidad, que les provee leche y pan. Se resguardan de la lluvia bajo unas carpas de hule negro. Cerca de la Terminal de Ómnibus y al costado del Centro Regional de Educación y la sede la Policía Nacional se han instalado, aumentado al doble la población indígena en ambos sectores.

Rafael Romero, secretario de Asuntos indígenas de la Gobernación del Alto Paraná, dijo que su dependencia no tiene recursos para asistir a los indígenas y que por ahora solo resta esperar.

“Actualmente esta secretaría no tiene fondos ni para combustible. Tendremos que esperar a que se apruebe el nuevo presupuesto general de gastos para poder hacer algo por los nativos. Lo que hicimos fue pedir ayuda a la Municipalidad para que les dé algunos víveres”, señaló el funcionario.

Familias indígenas están abandonadas a su suerte en esta parte del país. Las niñas, muchas de ellas, hasta son prostituidas para conseguir algo que comer. La secretaría de Asuntos Indígenas en varias ocasiones los trasladó nuevamente hasta sus comunidades de origen, pero los nativos vuelven a la capital altoparanaense ante la falta de una política que los mantenga en sus tierras con comida y trabajo.

Al ser consultados, los nativos alegan que prefieren vivir de limosnas en la ciudad de morir de hambre en sus tierras.