Por Wilson Ferreira<br>CIUDAD DEL ESTE<br> Los nativos de la parcialidad Ava Guaraní y Mbya, venidos de la zona de Caaguazú, Caazapá, Coronel Oviedo, San Pedro y Concepción, continúan afincados en Ciudad del Este. En más de una ocasión fueron devueltos a sus comunidades de origen, hoy están de nuevo en las calles mendigando para sobrevivir en la capital esteña.<br> A nivel país, hasta ahora no existe un programa de gobierno que busque mejorar la calidad de vida de los nativos. Para la Unicef, la situación es igual en los municipios fronterizos de Brasil y Argentina.<br> Un informe de la Unicef revela que en las Tres Fronteras la población indígena enfrenta graves problemas de sobrevivencia.<br>Los indígenas solo reciben víveres por parte de la Municipalidad esteña, que les provee de leche y pan. Se resguardan de la lluvia bajo unas carpas de hule negro. Cerca de la Terminal de Ómnibus y al costado del Centro Regional de Educación y la sede la Policía Nacional se instalan, aumentado al doble la población indígena.<br> Rafael Romero, secretario de Asuntos Indígenas de la Gobernación del Alto Paraná, dijo que su dependencia no tiene recursos para asistir a los indígenas y que por ahora solo resta esperar. “Actualmente esta secretaría no tiene fondos ni para combustible. Tendremos que esperar a que se apruebe el nuevo Presupuesto General de Gastos para poder hacer algo por los nativos. Lo que hicimos fue pedir ayuda a la Municipalidad para que les dé algunos víveres”, señaló.<br> Las niñas, muchas de ellas, hasta son prostituidas para conseguir algo de comida. La secretaría de Asuntos Indígenas en varias ocasiones los trasladó nuevamente hasta sus comunidades de origen, pero los nativos vuelven ante la falta de una política que los mantenga en sus tierras con comida y trabajo.<br> Los nativos alegan que prefieren vivir de limosna en la ciudad a morir de hambre en sus tierras. <br>