Un sector, entre ellos el del cartismo, aplaudió el abucheo al alto funcionario del Gobierno, a quien tienen entre cejas, y exigen su renuncia tras los casos denunciados de corrupción.
Sin embargo, otro sector consideró que no se puede confundir escrache ciudadano con violencia, considerando que el ganadero Darío Giménez llegó a los puños con Villamayor.
Entre la lluvia de opiniones se puede mencionar la que posteó Aníbal Saucedo: “Difícilmente el pueblo humilde pueda escrachar a los que tienen motivos para ser escrachados porque estos nunca van al Mercado 4 o al Abasto. Ni siquiera al Multiplaza”.
Por su parte, Juan Torres reflexionó que “escrachar es una cosa. Golpear es otra. Y fíjense quiénes son también atendiendo qué grupo es el que más “festeja” el golpe. Ojo que en el sector de ellos el 90% sería golpeado también porque bien que merecen ser escrachados. No escupan al cielo y yo no festejo violencia física”.
Por su parte, Juan Serrano afirmó que “7 millones de habitantes representa ese puño”, mientras que Alejandro Díaz Arce apuntó que “Villamayor ligó por todos esos nombres asociados a la corrupción del Gobierno”.
En tanto que César Aponte aportó que “lo de Villamayor nio fue un exa Inter vs. exa San José promo 67 por ahí. Superbién que los chetos se garroteen, pero que no abanderen ninguna de las reivindicaciones, a ellos no les faltan medicamentos”.