EFE, AFP y REUTERS
SÃO PAULO - BRASIL
Incertidumbre en las elecciones brasileñas: la exclusión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito hasta ahora en todas las encuestas para la cita del 7 de octubre, debe volver explosivo el panorama electoral en el gigante sudamericano.
El Partido de los Trabajadores (PT) inauguró su campaña televisiva sin Lula como candidato y con la afirmación de que la decisión está tomada y que seguirá con el ex mandatario hasta el fin. Insistió también que entrará con todos los recursos para revertir el fallo del Tribunal Superior Electoral. “La decisión está tomada. Nosotros vamos con Lula hasta el final”, dijo el ex ministro Fernando Haddad, aspirante a la vicepresidencia en la fórmula encabezada por el ex presidente, preso y condenado por corrupción y cuya candidatura a las elecciones de octubre fue impedida por haber sido condenado en segunda instancia.
Aunque el partido aún no lo confirmó, el veto a la candidatura de Lula deberá encumbrar como abanderado de esa formación a Haddad, una alteración para la cual tendrá un plazo de diez días.
Los demás candidatos presidenciales optaron por centrarse en discursos puntuales y orientados a audiencias específicas. El ultraderechista Jair Bolsonaro, quien encabeza los sondeos con casi el 20% de las intenciones de voto en un escenario sin la presencia de Lula, abogó en los pocos segundos que le cabían por la defensa de la familia y de la patria.
La ecologista Marina Silva, quien aparece en segundo lugar en las encuestas con un 15% de las simpatías, orientó su discurso a las mujeres y afirmó que “juntas somos más fuertes” y que trabajará “todos los días para que nadie diga a una (mujer) que no es capaz”.
Ya el socialdemócrata Geraldo Alckmin, el candidato con más tiempo de propaganda electoral pero con tan solo entre un 6% y 9% de los apoyos, apostó por acercarse al electorado con una presentación biográfica del “hombre por detrás del político”, en la que enseñó su trayectoria personal y profesional.
Finalmente, el laborista Ciro Gomes, técnicamente empatado con Alckmin, reiteró su promesa de ayudar a que los ciudadanos brasileños puedan sanar sus deudas y limpiar sus nombres.