El ritmo de ingresos de vehículos usados al país en este año fue ciertamente positivo, no obstante, presentarse a finales de 2024 un escenario adverso, en el que el flete influyó mucho para la importación y un gremio de representantes en franca preocupación, con un panorama en que varias empresas dedicadas a la importación y venta de estos rodados se habían visto obligadas a cerrar sus locales, debido a la complicada situación económica que atravesaba el sector.
De todas maneras, según Ocampo, el flete incide mucho últimamente al traer vía terrestre, porque se encarece hasta en USD 400 por unidad; mientras que la bajante del río también impacta, debido a la menor capacidad de rodados en las embarcaciones por viaje.
“Sobrevivimos los que damos financiado, porque contamos con una rueda de ingreso mensual, pero también tenemos muy complicado el tema de cobranza. Si uno debe cobrar montos considerables en varios pagarés, apenas percibimos el 65% de los mismos si la aspiración es contar ya con el efectivo, ya que se paga poco a poco y también nos lleva al riesgo de no cobrar las últimas cuotas”, reconoció.
Respecto del flete marítimo, dijo que se presenta lo que se conoce como waterclose o bajante del río, que encarece la importación para quienes traen directamente de Japón, Corea o Estados Unidos. Otros, trabajan directamente importando desde Chile.
“Pero traerlo vía terrestre es más caro, porque hay muchos paquistaníes intermediarios que aplican unos USD 400 más por cada auto, y eso suma para el costo final”, destacó igualmente.
Ocampo recordó además que en 2024 la proporción de ingresos de autos usados fue de 55% versus un 45% de los que son 0 Km, pero que el segmento de su gremio sigue atendiendo a la clase media hacia abajo: vendedores ambulantes (helados, chipas), conductores de plataformas, etc.
Recordemos que en Paraguay la importación de vehículos usados está regulada, permitiendo la libre importación de vehículos con una antigüedad máxima de 10 años. Sin embargo, existen requisitos y procedimientos a seguir, incluyendo el pago de aranceles y la verificación de emisiones. Se aplican aranceles que pueden variar entre el 5% y el 25% del valor del vehículo, según el Decreto 5822/2016. Se debe realizar para ello una verificación de emisiones para asegurar que los vehículos cumplen con los estándares ambientales establecidos. El importador debe estar registrado como tal en la Dirección Nacional de Aduanas y utilizar la Ventanilla Única de Importación (VUI) para realizar las gestiones necesarias. Existen aduanas habilitadas para la recepción de vehículos usados y la realización de controles.