“Miguel Ángel Soler, ¡presente!; Rafaela Filipazzi, ¡presente!”. El coro de voces de familiares de víctimas de la dictadura stronista rompió ayer la formalidad de un acto convocado por la Dirección de Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia para informar sobre la identificación de los restos de estas dos personas, en la época de la dictadura militar de Alfredo Stroessner y de otros gobiernos autoritarios de la región.
El doctor Rogelio Goiburú, titular de la mencionada dirección, dio lectura a los respectivos informes remitidos por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para confirmar la identidad de los primeros restos identificados de un total de 27 fragmentos, correspondientes a 22 de 34 esqueletos que le fueron entregados por el Equipo Nacional para la Investigación, Búsqueda e Identificación de Personas Detenidas y Desaparecidas entre 1954 y 1989, durante la dictadura de Alfredo Stroessner.
Los restos de esqueletos corresponden a cadáveres desenterrados entre el 2006 y 2012 entre otros sitios, en la sede de la ex Guardia de Seguridad de la Policía Nacional, en base a testimonios de unos 40 policías de aquella época.
Muestras de sangre de los hijos biológicos de Filipazzi, identificados como Jorge García e Ida Beatriz García, permitieron identificar los restos de la mujer que fue vista en calidad de detenida en el Departamento de Investigaciones de Asunción entre el 22 de enero y el 2 de diciembre de 1977. Había sido secuestrada del Hotel Hermitage de Montevideo y traída a Paraguay. Fue hallada en una fosa común en 2013, en la Agrupación Especializada de la Policía Nacional. Por su parte, la identificación del abogado paraguayo Miguel Ángel Soler se hizo comparando con los perfiles genéticos de su hijo, Jorge Miguel, y la hermana biológica del desaparecido, Dalila Soler Canales. El hombre es hermano de la poetisa Carmen Soler, quien fue exiliada durante la dictadura de Stroessner y falleció en Buenos Aires en 1985, antes de que caiga el régimen. Soler había sido privado ilegalmente de su libertad el 30 de noviembre de 1975 y desde entonces, desaparecido. Ejercía en la clandestinidad el cargo de secretario general del Partido Comunista del Paraguay.
Sus restos fueron hallados en una fosa individual en la Agrupación Especializada. "¿Por qué la hicieron desaparecer”, preguntó sobre su madre, Ida Beatriz, hija de Rafaela Filipazzi en una carta que envió desde la ciudad argentina de Corrientes. En ella solicitó a Argentina, Paraguay y Uruguay que sigan investigando para que se haga justicia. En semanas más se contará con la identificación de una tercera víctima.