EFE
El organismo gubernamental dio a conocer la nómina de los cráteres de mayor peligrosidad en el territorio, según los antecedentes que proporciona la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, que conecta las estaciones de observación de los 43 complejos más activos.
El informe de Sernageomin detalló que la categoría de “peligrosidad” está definida por tres criterios. Primero, que el volcán haya tenido algún nivel de actividad comprobable en los recientes 10 mil años o que los instrumentos muestren que la tiene.
En segundo término, se considera si el volcán se encuentra ubicado cerca de centros poblados; y en tercero, que represente un riesgo para las personas o la infraestructura pública y privada.
La Red Nacional de Vigilancia Volcánica considera un sistema de observación con instrumentos que permite la generación de una alerta temprana frente a una erupción; así como también la generación de cartografía para determinar la probable ruta que seguiría el material desprendido y el área potencialmente afectada.
Una de las mayores erupciones volcánicas en Chile en los últimos años se registró en 2008 en el macizo Chaitén, ubicado en la sureña provincia de Palena, unos 1.200 kilómetros al sur de Santiago.
La población de la localidad del mismo nombre, situada sólo a 10 kilómetros del cráter, debió ser evacuada en esa ocasión por la fuerte actividad sísmica y la expulsión de cenizas.
En opinión del Sernageomin, actualmente se cuenta con información más certera que cuando se produjo la erupción del Chaitén, debido a que se han instalado más centros de observación y con mejor tecnología, que permiten reconocer inmediatamente cuál es la fuente de actividad y concentrar la atención en un lugar específico.
El Chaitén figura también en la actual lista de los volcanes chilenos más activos; seguido del Láscar, en el norte del país; el Michimahuida, en la sureña región de Los Lagos; y el complejo de tres volcanes conocido como Nevados del Chillán, en el centro sur.
