El proyecto Mi huerta está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social con fondos de la Itaipú Binacional, abarcando varios departamentos, principalmente aquellos considerados con más necesidades y vulnerables. Así como doña Iluminada son varias las familias que iniciaron el consumo y, en algunos casos, la venta de lechuga, cebollita, remolacha, tomate, locote, repollo, entre otros cultivos propios de las huertas.
Las familias tienen a su cargo poner el trabajo bajo la supervisión de los técnicos especializados que fueron designados por las autoridades encargadas del proyecto.
Iluminada Dávalos de Enciso es un ejemplo de madre líder que lleva adelante la actividad; en ella están involucrados su esposo e hijos. Con orgullo comentó que anteriormente tenían una precaria huerta que les sirvió para sobrellevar la pandemia en el momento más crítico. “Sabemos de la importancia de una huerta en cada casa”, dijo Dávalos, quien reside en Sarocaro, Coronel Oviedo. RF