La politóloga, consultora, docente e investigadora social Sara Mabel Villalba Portillo analizó la actual coyuntura política nacional con el tan mentado “abrazo republicano” que los colorados pretenden hacer creer que no es simplemente una fachada, de cara a las elecciones generales de abril próximo.
Villalba, quien también es magíster en Ciencias Políticas, expresó que si bien el abrazo republicano es una práctica usual desde hace tiempo en nuestro país, en esta oportunidad existen diferencias asimétricas entre un movimiento y otro, que se disputan el control del poder dentro de la ANR y del país, al hacer alusión a Honor Colorado y Fuerza Republicana.
“El “abrazo republicano” es una práctica usual desde hace décadas en Paraguay. Una de las diferencias en esta ocasión es que existe asimetría en cuanto al poder que acumulan las dos facciones en disputa. El movimiento Honor Colorado tiende a ser hegemónico porque no busca consenso sino concentración de poder. El peligro siempre presente es que cuando una facción concentra el poder en el partido de gobierno, eso puede extenderse, y de hecho se extiende a otras áreas del propio Estado, dada la débil institucionalidad en Paraguay. Tanto la teoría política como la evidencia empírica muestran que la concentración de poder constituye una de las principales amenazas a la democracia, en cualquier país del mundo y en cualquier tipo de sociedad. Este es uno de los rasgos más comunes entre los gobiernos autoritarios y dictatoriales”, sostuvo.
Para Villalba, el hecho de que los senadores oficialistas hayan decidido no unificar las bancadas de su partido en la Cámara Alta podría tener dos mensajes claros.
“Uno de estos mensajes se relaciona con el sistema de voto preferencial vigente, donde cada candidato o candidata lleva adelante su campaña de manera individual. Debido a ese sistema existe una situación de “todos contra todos”, con lo cual no resulta determinante para conseguir el triunfo pertenecer a una u otra facción del partido, especialmente para los cargos plurinominales como los integrantes de Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, y a nivel subnacional incluso con las juntas departamentales. El otro mensaje posible es una postura de estos parlamentarios de no someterse a la facción con hegemonía del partido, al menos de momento”, explicó la investigadora.
Plantón. Con respecto a la decisión de la mayoría de los dirigentes oficialistas que decidieron no participar de la asunción de Horacio Cartes al frente del partido de gobierno el pasado martes, Villalba considera también dos factores.
Cartes asumió la titularidad de la Junta de Gobierno sin la presencia de los máximos referentes oficialistas, dejando en claro que aún no están del todo cicatrizadas las heridas internas dentro de la nucleación partidaria, pese al abrazo entre Wiens y Peña.
“Una lectura posible es que probablemente tienen mayores condicionamientos para la adhesión al movimiento Honor Colorado y esperan nuevas negociaciones. O bien indica que van a encarar su candidatura de manera independiente, dado el sistema de votos preferenciales. En este sentido hay que considerar que ambos movimientos colorados han conseguido conformar la lista partidaria con casi el mismo número de integrantes de cada facción, lo cual implica que muchos candidatos y candidatas confían en conseguir votos por su cuenta, independientemente de la facción”, expresó Villalba.
Concertación. Con este panorama al interior de la ANR, la Concertación Nacional tiene un gran desafío, según la politóloga.
Para Villalba, la coalición de partidos debe tratar de negociar primeramente con aquellos dirigentes que aún no están dentro, como el caso de Euclides Acevedo o Payo Cubas, por citar algunos.
Asimismo, debe urgentemente comenzar a presentar planes de gobierno, con el fin de atraer a los indecisos.
“En primer lugar, la Concertación tiene el gran desafío de negociar y conseguir atraer a los candidatos que están fuera de ella. En segundo lugar, para captar votos, sobre todo independientes e incluso colorados, precisa emitir un discurso diferente al del partido oficialista y sobre todo distinguirse presentando al menos dos o tres propuestas de gobierno concretas. Esto no resulta difícil, sobre todo considerando que, hasta ahora, ninguno de los movimientos internos del partido oficialista ha presentado ni siquiera un esbozo de programa de gobierno, o por lo menos no lo visibilizan, con lo cual no existen muestras sobre el interés en plantear soluciones a los numerosos problemas sociales que existen en el país, donde diariamente se violan los derechos de miles personas que no acceden a servicios de salud, de transporte público o de condiciones mínimas para su subsistencia”, expresó Villalba.
Para la consultora, es imperioso que la Concertación pueda demostrar ser una opción diferente de cara a las generales.
La concentración de poder constituye una de las principales amenazas a la democracia, en cualquier país del mundo y en cualquier tipo de sociedad. Sara Villalba, politóloga.
La Concertación tiene el gran desafío de negociar y conseguir atraer a los candidatos que están fuera de ella, emitir un discurso diferente y presentar propuestas.