Todos sabemos que la información estadística debe tener rigor técnico y profesionalismo para que pueda ser de utilidad para un diseño y evaluación de política pública. Pero esto no es suficiente.
El economista polaco Oskar Lange escribió que tres son las fuentes de desacuerdo entre los economistas:
• el desacuerdo acerca de los objetivos sociales;
• el mal empleo de las reglas de la lógica, de la identificación y de la verificación;
• el desacuerdo acerca de los hechos.
El tercer punto está relacionado con la evidencia disponible. Disponer de información de calidad ayuda a minimizar las diferencias entre los economistas y además es un requisito fundamental para un adecuado diseño e instrumentación de política pública. En Paraguay, se ha avanzado mucho respecto a la calidad de la información estadística y geográfica, aunque hay que reconocer que existen muchas áreas de oportunidad aún.
Hoy disponemos de más información que antes, e incluso comparable a nivel regional y mundial.
Pero disponer de la información no es suficiente. Hans Rosling, una eminencia del análisis y divulgación de tendencias globales, afirma que tenemos diez instintos que distorsionan nuestra visión. Desde nuestra tendencia a dividir el mundo en dos campos (nosotros contra ellos) a la manera en que consumimos la información de los medios (basada en la explotación del miedo), pasando por el modo en que percibimos el progreso (creyendo que las cosas siempre empeoran). Nuestro problema es que no somos conscientes de lo que no sabemos, e incluso cuando estamos informados nos dejamos llevar por sesgos inconscientes y predecibles.
Nuestros administradores ya disponen de muchas más herramientas que antes. Hoy sabemos, con bastante precisión, cómo está nuestra educación en todos sus niveles. Sabemos las causas principales de la deserción escolar, la realidad de nuestras universidades, de los profesores, de la estructura edilicia de nuestras escuelas. Ergo, tenemos la obligación de tomar acciones más precisas para revertir las principales necesidades del país, y de esa forma colaborar con la racionalización y uso más efectivo de los recursos.
Nuestros administradores no deberían tomar decisiones solo con base en los titulares del día, tienen la obligación de utilizar todos los recursos disponibles.
Hoy tenemos una “foto” más clara de nuestro país y del mundo. Tenemos profesionales de primer nivel que pueden ayudar a interpretar y colaborar en la toma de decisiones más acertadas.