En ese sentido, solicitó a los diputados la construcción de más centros de rehabilitación para adictos en vez de penitenciarias.
“Soy extranjera y vengo aquí a llorar y gemir para que podamos tener centro de rehabilitación para los chicos. 90 años tengo, hermano, por favor, pensemos en nuestra juventud, en nuestros jóvenes que se están hundiendo en las drogas”, expresó la hermana Regina, llorando frente a los miembros de la Cámara Baja.
En ese punto, la monja reclamó a los congresistas: “Van a hacer cuatro cárceles. ¿Por qué no me hacen un centro de rehabilitación grande? 30 camas tiene (Manuel) Fresco (director del Centro Nacional de Adicciones). ¿Qué hacemos con 30 camas para todo el país, hermano? Por favor, salvemos a nuestros jóvenes, a nuestros niños. Peleamos por tantas cosas y no estamos peleando por ellos, no estamos haciendo un camino para nuestros jóvenes”.
“Hermanos, yo les pido con el corazón en la mano, soluciones el problema de los chicos, son el futuro del país”, culminó su reclamo la hermana Regina.