29 may. 2025

Haedo, de futbolista a empresario

Nelson Haedo se encuentra en un mundo muy distinto al que vivió en los últimos 20 años, ahora lo afronta como padre de familia y representante de jugadores, siempre muy cerca del fútbol.

En la previa a su partido de despedida en el Defensores del Chaco, el León Guaraní nos comentó esta nueva faceta que encara, primero destinando mucho tiempo a sus seres queridos y luego con la vista en nuevos valores del fútbol.

“Paso más de niñero, paso mucho tiempo con ellos. Muy lindo, a la vez cansador. Me encanta pasar tiempo con ella (Leonie, su hija de 3 años), trato de recuperar todo el tiempo que no pude estar con mis hijos, es la ventaja que tengo ahora”, relata un Haedo que mira de reojo la pieza donde descansa su pequeña, en modo padre 100%.

Cuando está por Alemania, donde pasa más tiempo, junto a su esposa se dedican a dos negocios, un restaurante que es de él y un centro de estética y salud que pertenece a ella. “Nos dividimos los tiempos, igual no estoy todo el día ahí porque no soy de quedarme quieto”, expresó Nelson.

El vínculo. Algo que quiere hacer Haedo relacionado al fútbol es ser un nexo entre los futbolistas paraguayos y clubes de Europa, lo definió como un “puente”.

“Lo mío es ir abriendo puertas, ayudando a los jóvenes para que cumplan sus sueños. Tengo algunos jugadores muy jovencitos y otros que ya son representados que intermedio para Europa; soy un puente, el nexo entre jugador/representante y club, ser el contacto”, contó Nelson.

Con su dilatada trayectoria en Alemania, Haedo tiene vínculos en todos los clubes de la Bundesliga. “Estamos viendo con Aldo Parra (jugador de Luqueño) para poder llevarlo”, adelantó el Haedo empresario de jugadores.

La gran diferencia que ve Haedo entre el fútbol de Alemania y Paraguay, es el proceso: “Lastimosamente los clubes no están preparados, los presidentes y dirigentes son los que deciden, no se tiene un director deportivo”.


Nota especial

El largo camino para convertirse en leyenda
Haedo empezó en Tembetary, donde llegó a vivir bajos las gradas del estadio del club. Su salto fue directo a Europa, al Werder Bremen alemán a los 17 años, hablando guaraní y muy poco de español.
En el Bremen le tocó hacerse conocido dentro de la Bundesliga; para pasar en el 2006 al Borussia Dortmund, uno de los grandes clubes del fútbol germano.
En el Dortmund explotó su potencial para luego de 4 temporadas emigrar al fútbol español, más específicamente al Hércules de Alicante, donde hizo resonar su nombre al vencer al Barcelona en el mismo Camp Nou.
Tras ese año, emigró al Rubin Kazan ruso, pasó por Valencia de España, Al-Jazira de Emiratos Árabes, Olympiacos de Grecia y Eintracht Frankfurt, para finalizar su periplo internacional en el Seattle Sounders de la MLS. Volvió a Paraguay a cumplir su sueño, ser jugador de Cerro.

El León Guaraní sale de la cancha y va a las gradas a hacer otra función.

Dedicado a la familia y los negocios, los botines quedarán colgados.

“Se identifican más con sus clubes que con la Selección”
Nelson Haedo también habló de la actualidad de la Selección Nacional, esa que supo defender con todo en dos mundiales y cuatro Copa América.
“Se hizo un proceso con Berizzo, se vio algunos cambios, lastimosamente esos cambios no nos favorecieron, si se toca mejor, se toca muy bien pero por otro lado perdimos algunas esencias nuestras. Lo de ser aguerrido, de ganar en las pelotas parada, antes se nos respetaba más en el juego aéreo, en la defensa, nos cuesta mucho ser compactos, aguerridos, sólidos, no es simplemente meter garra, es no querer perder e identificarse con la camiseta”, evaluó el León.
Sobre el presente de los jugadores de la Selección, Haedo detectó algo: “El sentimiento que uno tiene, es que ves a un jugador paraguayo triunfando en un club pero lo primero que pensamos es en la selección, últimamente muchos jugadores se identifican más con sus clubes que con la Selección, esa es la diferencia con lo que hubo antes”.

Me hubiese gustado algún campeonato internacional con la Selección Nacional, estuvimos muy cerca en el 2011.

Los más poderosos en el fútbol son los alemanes, allá tienen los procesos que se respetan. Piensan en años, de cinco a siete como mínimo.