Las proyecciones de demanda energética de cara al año 2050 en Paraguay muestran una creciente participación de la electricidad y los biocombustibles en detrimento de los hidrocarburos, que perderán terreno, y más aún si se implementan políticas energéticas sostenibles, según reveló el nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzado ayer.
El documento propone una prospectiva de la matriz energética del Paraguay con miras al 2050, que incluye cuatro posibles escenarios de la demanda futura de energía, los cuales resultan del cruzamiento entre dos escenarios energéticos (uno tendencial y otro con énfasis en políticas de desarrollo energético sostenible) y dos económicos (uno tendencial y el otro que considera un crecimiento optimista).
El informe titulado La prospectiva energética de Paraguay 2050, el desafío de extender la sostenibilidad energética en los usos finales revela que la biomasa sólida “tiende a decrecer levemente su participación en la estructura de fuentes de energía” en varios de los escenarios futuros planteados.
El PNUD sostiene que si se considera escenarios con metas energéticas sostenibles, uno de los resultados sería una mayor penetración de la electricidad por ser fuente renovable y limpia, la cual estaría reemplazando a los derivados del petróleo y, en menor medida, a la biomasa. Si a futuro el Paraguay apuesta a políticas energéticas sostenibles, también habría un aumento de la energía solar para usos térmicos directos y, en menor grado, del hidrógeno verde para el transporte, según expone el documento.
Ante un futuro energético sostenible, el transporte sustituiría los hidrocarburos y biocombustibles por motores eléctricos, más eficientes que los de combustión interna, además de registrarse sensibles reducciones en la emisión de gases de efecto invernadero.
DESAFÍOS. El nuevo documento del PNUD plantea como el mayor desafío en el área la creación de un Ministerio de Energía, como ente rector de las políticas del sector, por ser una necesidad diagnosticada desde la década de 1990.
Otro desafío con miras a una matriz energética más sostenible, según el texto, es la implementación de programas de eficiencia energética en todos los sectores de consumo como de instalación de la oferta. Otros retos, según el PNUD, son un mayor uso de la electricidad en la industria, evitando el uso de hidrocarburos y biomasa no sostenible, así como la implementación de la biomasa certificada, acompañado de programas de reforestación.
El informe se lanzó ayer en una cita virtual en la que participaron Victorio Oxilia, uno de los redactores; Silvia Morimoto, representante del PNUD en Paraguay; entre otros del sector público y privado.