08 nov. 2025

Guiso de comentarios

La columna del infiltrado

Gaby del Campo, una modelo (ejem) hondureña afincada aquí, se ofreció sin rodeos para darle compañía sexual a Justin Bieber, en un alarde de liberalidad que tal vez tarde mucho en ser superado. El remate de la audaz oferta se torció de modo irreparable, llevando algo hasta entonces solo demasiado descarado en su coqueteo mediático, a un inconfundible ejercicio de la prostitución. Añadió la ¿modelo? que, finalmente, todo dependía de lo que Bieber o sus managers estuvieran dispuestos a pagar. Quien escribe esto, está lejos de ser un chupacirios fácilmente escandalizable. Pero pienso en las modelos en serio (existen, señores y señoras), que con colegas como la hondureña salen con la ropa chamuscada, cuanto menos.

Muy sorprendido leí que César Ruiz Díaz, presidente de Cetrapam, apoya lo del metrobús. “El plan no afectará el sistema actual. Nuestros buses actuales alimentarán al bus eléctrico”.

Víctor Bogado metió la pata, pero intentó reparar los daños devolviendo varios millones de los que cobraron sus recomendadas/dos. Y es casi seguro que no repetirá la travesura porque habrá captado que ya estamos en una época distinta. Por eso suena exagerado y ridículo el pedido de que se lo expulse de los padrones del Partido Colorado. Ladrones y asesinos de porte mayúsculo, colorados, murieron o siguen viviendo sin que nadie insinúe una medida punitoria contra ellos.

Nicolás Maduro aseguró ver la cara del finado Hugo Chávez Frías en las obras de instalación de un túnel de subte. Este muchachón debería hacerse revisar el marote: primero, un pajarico con la voz de Chávez le cantó la justa para no recuerdo qué cosa. Ahora ve la jeta del ex jefe en una excavación. ¡Qué vaina es hesa que curtes, chico!

Los marketineros de algunas empresas de telefonía celular deberían rever sus criterios. Eso de bombardear al usuario con cientos de mensajes bien pelotudos, tipo “enviá fútbol y ganate diez millones”, además de fastidiar, llena el buzón de mensajes en dos días. Así no da gusto, como dijo Sócrates. Y si no lo dijo, será porque se olvidó.

Unos jóvenes “idealistas” aparecieron ayer en una página de este diario portando carteles muy bien pintados, con la salvedad de que los signos de exclamación se deben colocar antes y después de las palabras, y uno por lado, o tres por ídem. Estos “revolú” siglo 21, usaron cuatro al final de la frase “dipucartistas afuera”. Además, al expulsar a alguien, humano o perro, lo correcto es “fuera”, y no “afuera”. Vuelvan a clases, muchachos. Después protesten.