El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se declaró ayer dispuesto a reunirse con el líder opositor, Juan Guaidó, autoproclamado mandatario interino, quien casi en simultáneo aseguró que no se prestará para un falso diálogo.
“Estoy comprometido con el diálogo nacional. Hoy, mañana y siempre estaré comprometido y listo para ir donde haya que ir. Yo, personalmente, si tengo que ir a encontrarme con este muchacho (Guaidó), voy”, aseguró Maduro en rueda de prensa en el Palacio de Miraflores.
Ante cientos de seguidores en la plaza central de Chacao (este de Caracas), Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, rechazó negociar, al referirse a iniciativas planteadas por México y Uruguay.
“La represión, cuando no les da resultado, se convierte en falso diálogo. Debe tener muy claro el mundo y este régimen: pa’falso diálogo aquí nadie se presta”, advirtió Guaidó en su primera aparición pública desde que se autojuramentó el miércoles. “¡Presidente!”, coreaban sus seguidores.
“Calle para rato”. El jefe legislativo, de 35 años, convocó a una gran movilización la próxima semana tras las multitudinarias marchas opositoras y oficialistas del miércoles, durante las cuales 26 personas murieron y unas 350 fueron detenidas. “Aquí hay gente en la calle para rato, hasta que logremos que cese la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres”, dijo Guaidó, al señalar que la fecha será precisada el domingo. Sin convocatoria concreta, Maduro, por su parte, llamó a la rebelión popular contra el golpe de Estado: “Pueblo a la calle”.
Como parte de su hoja de ruta, Guaidó ofreció amnistía a militares que ayuden con una transición, buscando quebrar el sostén de Maduro, la Fuerza Armada, que el jueves lo reconoció como su comandante y denunció un golpe de Estado en curso. “Llegó el momento de ponerse del lado de la Constitución, de ponerse del lado del pueblo”, les dijo Guaidó a los militares. Aseguró que también trabaja para que llegue ayuda humanitaria al país y proteger los activos venezolanos en el exterior.