Me enorgullece decir que, durante estos años, las relaciones bilaterales entre los Estados Unidos y el Paraguay se tornaron más robustas que nunca. En gran medida refleja los principios democráticos que compartimos y la larga historia de amistad que hemos disfrutado, pero también esto fue posible gracias al apoyo y gestión del presidente Mario Abdo Benítez y del pueblo paraguayo. Las visitas del secretario de Estado, Mike Pompeo; de la asesora del presidente, Ivanka Trump; así como la reunión que sostuvieron los presidentes Donald Trump y Abdo Benítez, en la Casa Blanca, demuestran el compromiso del Gobierno estadounidense con la cooperación en seguridad, y con la expansión comercial y económica con Paraguay.
El próximo año celebraremos la apertura de la nueva Embajada, se trata de una inversión de 250 millones de dólares, como muestra de confianza en el futuro de nuestras relaciones bilaterales. Además, durante los siguientes cinco años invertiremos 44,4 millones de dólares en un acuerdo de cooperación técnica de Usaid con el objetivo de consolidar una cultura de la legalidad para luchar contra la corrupción y la impunidad, fortaleciendo el estado de derecho, formalizando la economía y mejorando el control ciudadano en el país.
Durante los últimos dos años, me ha complacido ver que Paraguay desempeña un papel de liderazgo en la región en apoyo a los valores democráticos y al fomento de la cooperación en materia de seguridad. Paraguay también ha demostrado su firme posición contra el uso de prácticas económicas injustas por parte de gobiernos extranjeros, que dicten la política exterior de Paraguay.
El 2020 sorprendió a la humanidad con la llegada de la pandemia. Esta batalla es dura, golpea y duele, pero sabemos que si estamos juntos será menos difícil ganar. Por eso, mi Gobierno, respondiendo a la robusta cooperación entre nuestros países y en apoyo al personal y al sistema de salud pública de Paraguay, ha aportado con 1,3 millones de dólares, destinados a apoyar los esfuerzos de prevención y control, fortalecimiento de laboratorios y vigilancia de la propagación del virus. Además, como resultado de la amistad entre nuestros países y el esfuerzo del presidente Abdo Benítez, facilitamos 250 respiradores de última generación, que proporcionarán una gran flexibilidad en el tratamiento de pacientes afectados por el coronavirus. Quiero destacar el rol del Ministerio de Salud del Paraguay en este proceso, en un contexto de pandemia, donde la demanda es mucha y los recursos son limitados. En una crisis descubres quiénes son tus verdaderos amigos.
Me alegra que Paraguay reciba el apoyo de innumerables naciones amigas, como Taiwán, durante este tiempo.
Hoy, con la convicción del deber cumplido, pero con una tristeza que no puedo esconder completamente, me estoy despidiendo de Paraguay y también, después de 35 años, del Servicio Exterior de los EEUU. Mi esposa y yo nos llevamos imborrables recuerdos de este maravilloso país y de su gente; y grandes amistades, más significativas que la distancia y el tiempo. Aliento a todas y cada una de las personas e instituciones que cumplen un rol en la construcción de un Paraguay más seguro, próspero y democrático, a que miren hacia adelante, no bajen los brazos y continúen con sus esfuerzos. Su país les necesita.
Por todo lo que me han dado, ¡gracias, mi querido Paraguay!