El Gobierno brasileño espera por la recuperación del presidente Jair Bolsonaro, aún hospitalizado, para terminar de afinar las primeras propuestas que enviará al Congreso, centradas en una reforma de las jubilaciones y el combate al crimen.
Esos proyectos constituyen dos de las principales promesas de campaña de Bolsonaro, que son acabar con un crónico déficit fiscal y acorralar al crimen organizado, al que se le atribuye una violencia que anualmente deja unos 60.000 muertos en el país.
Ambas propuestas están prácticamente listas pero requieren el visto bueno de Bolsonaro, que fue hospitalizado el 28 de enero para la retirada de una colostomía aplicada en setiembre del año pasado, cuando fue atacado a cuchilladas durante un mitin y sufrió graves heridas en el abdomen. La operación no presentó problemas, pero un cuadro de neumonía que afectó al gobernante impidió su alta, prevista inicialmente para el miércoles y que ahora se espera para la semana próxima.
Aunque Bolsonaro conversa regularmente con sus ministros y hasta eventualmente recibe a algunos de ellos durante unos pocos minutos, permanece con visitas restringidas, por lo que no pudo analizar en profundidad los primeros proyectos elaborados por su Gobierno.
Las mayores dudas radican en la reforma del régimen de pensiones y jubilaciones, que para los mercados financieros es la única forma de acabar con un déficit fiscal que en 2018 fue equivalente al 7,09% del producto interior bruto y que será similar este año. El ministro de Economía, Paulo Guedes, sostiene que el régimen de jubilaciones actual, basado en el sistema de reparto, en el que el Estado gestiona las contribuciones de los trabajadores en un fondo único alimentado con retenciones, quebró y no resiste más. Su propuesta es un modelo de capitalización individual, similar al chileno, en el que la jubilación de cada trabajador dependerá de lo que pueda ahorrar a lo largo de su vida laboral. Según Guedes, hay aspectos del proyecto que aún causan ciertas divergencias incluso en el propio Gobierno, por lo que la definición depende exclusivamente de Bolsonaro.