En un nuevo caso de sicariato fue asesinado Óscar Daniel González Olmedo, ex director del penal de Tacumbú. Según las primeras informaciones disponibles, el crimen sería una venganza narco. González recibió cinco impactos de bala cuando se encontraba departiendo en el quincho de la casa de su papá, en compañía de su familia, la celebración por el Día del Padre.
De acuerdo con los antecedentes, Óscar González se desempeñaba como director del penal, cuando en octubre de 2020 se realizó un allanamiento de forma sorpresiva, en el “sector Vip de Tacumbú”, donde se halló un minilaboratorio para procesar droga, también encontraron dosis de cocaína, casi 200 millones de guaraníes, 12.040 dólares y 500 euros; además de armas blancas, teléfonos celulares, horno microondas, router para wifi y hasta una terminal punto de venta, conocido como POS.
Tras el allanamiento González recibió amenazas por lo cual fue relevado del cargo. Aquel operativo en el penal estuvo encabezado por el fallecido fiscal Marcelo Pecci.
Este nuevo caso de sicariato es, sin dudas, un mensaje para la seguridad del Estado. Con esto, los criminales dijeron alto y claro que ellos hacen lo que quieren. Y esto a poco más de un mes de los asesinatos del fiscal especializado contra el Crimen Organizado, Narcotráfico, Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo; así como el crimen del intendente de la ciudad de Pedro Juan Caballero, José Carlos Acevedo.
En cuanto al asesinato de Pecci, en Colombia los acusados por el crimen del fiscal fueron condenados a 23 años y seis meses de prisión, mientras que los casos locales de sicariato, entre ellos el de Acevedo, siguen esperando a que la Fiscalía investigue y halle a los culpables.
Hasta no hace mucho tiempo, los ajustes de cuentas entre miembros de bandas de narcotraficantes se llevaban a cabo a través de los sicarios. El área más frecuente y casi exclusiva para la acción de los mismos eran las ciudades fronterizas como Pedro Juan Caballero, Capitán Bado, Bella Vista Norte, Ypehú, Ygatimí, Salto del Guairá y Ciudad del Este. Sin embargo, desde hace algunos años los casos de sicariato comenzaron a extenderse a todo el territorio del país, causando temor, alarma y conmoción en la población.
Los especialistas en criminología, Jorge Rolón Luna y Juan Martens, señalan que las estadísticas muestran que la industria del sicariato sigue en crecimiento, y su aumento global sería del 30 por ciento. Los datos hablan por sí mismos: En lo que va del 2022, se igualaron los ajustes de cuentas dados en cuatro años. Entre el 2017 y el 2020 se registraron 8 casos.
Estos atentados mortales fueron ganando terreno a lo largo y ancho del país, migrando hacia ciudades donde anteriormente no era común, debido a la impunidad y al gran crecimiento del narcotráfico. A la par del aumento de los niveles de violencia, llama la atención la poca reacción de las fuerzas del orden público y la absoluta impunidad con que operan estos asesinos a sueldo.
En estos tiempos complejos que vivimos toda la población se encuentra potencialmente expuesta al peligro. Es evidente que el Estado paraguayo a través de sus instituciones se encuentra superado por el crimen organizado. Es hora de que dejemos de normalizar la violencia, es hora de que se terminen los discursos y se entre a la acción en contra de los grupos criminales. Basta de impunidad, basta de complicidad. Si el Gobierno no toma medidas para combatir con mayor eficiencia y compromiso al crimen organizado, el narcotráfico va a seguir ganando espacios, esto si las autoridades no emprenden un combate integral.