Monseñor Edmundo Valenzuela Mellid, arzobispo de la Santísima Asunción, recibió ayer en la Basílica de San Pedro del Vaticano uno de los 46 palios que el papa Francisco confió a arzobispos metropolitanos de distintas partes del mundo nombrados este año.
Jorge Bergoglio entregó esta insignia pontifical durante la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, patronos principales de la Iglesia de Católica. El palio consiste en una banda ancha decorada con cruces negras que los obispos de rango superior (arzobispos) se colocan sobre los hombros.
“Es un signo que representa a la oveja que el pastor lleva sobre sus hombros como Cristo, Buen Pastor”, indicó Francisco destacando además que es un “signo litúrgico de la comunión que une a la Sede de Pedro y su Sucesor con los metropolitanos y, a través de ellos, con los demás obispos del mundo”.
Anteriormente, cada 29 de junio el Papa imponía el palio a los arzobispos durante la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, pero este año Francisco decidió que la imposición lo realice un representante de la Santa Sede en las diócesis de origen de cada obispo.
El nuncio apostólico del Papa en Paraguay, monseñor Eliseo Ariotti, será el encargado de imponer el palio a monseñor Valenzuela en la Catedral Metropolitana de Asunción después de la visita de Francisco. Esto se realizará en un acto solemne frente a los fieles de la arquidiócesis.
El obispo de Roma dijo a los 46 metropolitanos que la Iglesia “los quiere hombres de oración, maestros de oración, que enseñen al pueblo que les ha sido confiado por el Señor”, resaltó.