Hoy se darán los alegatos finales de la Fiscalía, la querella y las defensas en el caso conocido como policías de gatillo fácil, donde resultó víctima el joven Richard Pereira.
Los acusados, los agentes Jhonie Orihuela y Jorge Zárate, se exponen a penas de hasta 30 años.
La fiscala Pamela Pérez y los abogados querellantes Jorge Bogarín y Bettina Legal, solicitarán las penas para los encausados.
En el caso, se investigó a Orihuela por tentativa de homicidio doloso, lesión grave, persecución de inocentes y simulación de hechos punibles.
Zárate, por su parte, está acusado en principio de persecución de inocentes y simulación de hechos punibles. No obstante, el tribunal le advirtió que debe preparar su defensa por tentativa de homicidio y lesión grave.
Con ello, ambos se exponen a penas de hasta 30 años, por el concurso de delitos, si es que los hallan culpables.
El comisario Zárate y el suboficial Jhonie Orihuela se desempeñaban como agentes de la Comisaría 4ª Metropolitana. En la madrugada del 13 de agosto del 2016, persiguieron a Richard Pereira y lo interceptaron en 24ª Proyectada y Pa’i Pérez, del barrio Roberto L. Petit de Asunción.
Si bien la víctima bajó de su vehículo con las manos arriba, el suboficial lo habría tirado al suelo para obligarlo a que se ponga de rodillas y habría efectuado el disparo, lo que lo dejó parapléjico.
En el juicio oral, Orihuela declaró: “Al disparar pensé que le maté, pero luego vi y dije que estaba vivo, él me decía que no sentía las piernas. Yo cometí un accidente en mi trabajo y sabía a lo que me exponía”. El comisario Zárate no prestó declaración indagatoria ante el Tribunal de Sentencia.
Este último procesado fue multado con G. 5.118.876 por actuar de mala fe en su conducta procesal.