Los barras bravas de los clubes de fútbol siguen causando hechos de violencia que afectan a personas que nada tienen que ver con sus disputas, acaparando espacios y provocando el terror.
El fiscal de Eventos Deportivos, Juan Carlos Ruiz Díaz, comentó que lo ocurrido en barrio Obrero es muy difícil de contener, ya que se dio fuera de las adyacencias del Defensores del Chaco, a pesar que se dispuso un fuerte control con muchos policías.
Mencionó que se necesita voluntad política para que las barras dejen de tener el poder dentro de los clubes, donde hasta gozan de impunidad.
“Es un negocio grande de unas cuantas personas, porque hasta los estacionamientos son parte del botín como son las entradas, que hacen su agosto, y en convivencia con los dirigentes. ¿Por qué si los dirigentes no les dan las entradas, quién les va dar?”, comentó.
“Pero a la hora que ellos necesitan políticamente para seguir o ser reelectos, les convienen y les utilizan a estas personas (los barras bravas). Ellos son los que prácticamente dirigen los clubes, porque hacen lo que quieren dentro de los clubes”, agregó el fiscal.
Enfrentamiento. En la noche del sábado las facciones de Comando y La Plaza, del club Cerro Porteño, se enfrentaron sobre la avenida Quinta, donde centenares de familias habían llegado hasta el lugar para compartir una cena en los locales gastronómicos instalados en el paseo. En medio de corridas, pedradas y hasta disparos de armas de fuego hubo un muerto y un herido.
Jesús Alberto Monín Silva (22), de Comando, perdió la vida cuando corría de los ataques de piedras y armas de fuego, pues sobre la calle Estados Unidos y Octava intentó cruzar la arteria, pero fue embestido por un automóvil, que se dio a la fuga. En la Comisaría 4ª informaron que aún no se tienen datos del responsable del accidente.
En tanto que Gino Rodrigo Ruiz Díaz Valiente (19) recibió un disparo en el muslo izquierdo y está internado.