El afamado y talentoso diseñador alemán Karl Lagerfeld, uno de los grandes nombres de la moda y director de creaciones de la firma francesa Chanel desde 1983, falleció ayer a los 85 años.
El ícono de la moda, que nunca quiso revelar su fecha exacta de nacimiento, aunque se baraja que fue el 10 de setiembre de 1933, se encontraba internado en el Hospital Americano de París, en el acomodado municipio de Neuilly-sur-Seine, donde habría ingresado la noche del lunes de urgencia.
La salud de Lagerfeld se había degradado en los últimos meses y en enero pasado el modisto ya no apareció, como era habitual, en el último desfile de alta costura que firmó para Chanel en la pasarela de la capital francesa. Allí se habían desatado las primeras alarmas, ya que no había faltado a ninguna de esas citas desde sus comienzos en Chanel.
Icónico. Nacido en Hamburgo, pero instalado en París desde los años 50, Lagerfeld creó su propio estilo, inconfundible, para abrirse un espacio propio entre las leyendas de la moda y era considerado por muchos como uno de sus grandes íconos.
Vestido siempre de traje negro, la mayoría de las veces con camisa blanca y tocado con alzacuellos, su acento alemán no le impidió convertirse en un personaje mediático en Francia, habitual de los estudios de televisión y también de numerosas campañas humanitarias. Pero fue sobre las pasarelas donde desplegó su talento, renovador y poderoso.
Trabajó para Pierre Balmain, Jean Patou y Chloé, antes de colaborar para la casa italiana Fendi, que en 1965 le convirtió en su director artístico, puesto desde el que en 1983 saltó a Chanel, donde forjó su leyenda.
Inolvidable. Las reacciones al fallecimiento no se hicieron esperar y todas lloraron la desaparición de un “genio” de excepcional intuición, cuya ansia creadora también se manifestó en la fotografía, el diseño de objetos o la ilustración, y que en 1984 había creado su propia enseña. Los mensajes de pesar se pronunciaron en las redes sociales, especialmente en Instagram y Twitter, donde dos hashtag -#KarlLagerfeld y #Chanel- estuvieron entre las diez tendencias del día.
“Gracias por poner belleza y luz en nuestro mundo, tanto color en mitad de la oscuridad, tanto ingenio en estos aburridos días. Creo que no hubieras querido tantas lágrimas y tantas flores, pero te extrañaremos”, dijo la ex modelo y ex primera dama francesa Carla Bruni.
Lagerfeld se apoyó en ella y en otras tops como Inès de La Fressange, Cindy Crawford, Naomi Campbell o Claudia Schiffer para renovar la casa.
Su talento era tal que se le perdonaban sus salidas de tono, con dardos lanzados sin filtro contra todo tipo de objetivos: “Odio a los niños”, “la clase media no tiene suficiente clase” o los rusos “son tan feos que si fuera una mujer rusa, me haría lesbiana”, fueron algunas de las frases ejemplo de su carácter.
Hiperactivo y autodidacta, soltero y sin hijos, y con su gata Choupette como única heredera conocida de parte de su legado, Lagerfeld se consagró además como ícono pop con colaboraciones con marcas como H&M, Coca Cola o Sephora, y lejos de los focos encontraba reposo en su nutrida biblioteca. EFE