Por Rosalía Ciciolli
La cuarentena mató muchos negocios exitosos, aunque también obligó a muchos otros a reconvertirse y optar por fabricar aquellos productos más demandados en el marco de la pandemia de Covid-19. Con un poco de ingenio y haciendo uso de conocimientos básicos, muchos optaron por elaborar tapabocas, bandejas y alfombras para desinfección de calzados, mientras que otros se arriesgaron a más y decidieron fabricar los lavamanos, otro elemento fundamental para la higiene de las manos.
La producción de este elemento creció considerablemente, y hay para todos los gustos y bolsillos, desde los básicos con grifos comunes hasta los más elaborados, con sensores o a pedal, para evitar el contacto con la canilla al higienizarse las manos.
Uno de los emprendedores que decidió reconvertirse para salvar las deudas que le dejó su negocio original fue Fabrizio Invernizzi, propietario de la Inverfood, que hasta antes de la cuarentena se dedicaba a proveer productos gourmet a los restaurantes de comida oriental.
Ante la acuciante situación, Invernizzi decidió dar un giro de 180º a su negocio y reconvertirlo en fábrica de lavamanos portátiles. Y por el nivel de ventas que logró, unos 200 desde el inicio de la cuarentena, calificó a su negocio provisorio de muy exitoso. Además, otorga trabajo a diez personas.
“Los lavamanos se convirtieron en todo un boom para nosotros. Comenzamos a vender desde comienzos de abril y fue impresionante cómo explotaron los pedidos. Producimos unos 15 lavamanos por día y desde que anunciamos en Instagram, logramos vender a clientes de Encarnación, Ciudad del Este, Caaguazú, Guairá, y hasta a Rico Comidita”, comenta Invernizzi.
En tanto que Alberto Vera, propietario Setabelli Servicios Publicitarios, se vio obligado a cambiar de rubro al ver que ya nadie recurría a la cartelería o a los VTL para anunciar.
Valiéndose de los conocimientos que tenía su personal en electricidad, soldaduras y otros oficios utilizados dentro del ámbito de los carteles publicitarios, decidieron empezar a construir lavamanos portátiles. “Pusimos en marcha todo nuestro ingenio para fabricar los lavamanos, pero con sensores, porque vimos que habían pocos que ofrecían esa opción, por lo que decidimos innovar y entregar un producto más eficaz a los clientes”, indica Vera.
Reciclaje. Don Eugenio Gamarra es propietario de la Mueblería Adri, fabricante de juegos de living en general, que decidió valerse del reciclaje de los grandes tambores que tenía en su depósito de muebles para construir los lavamanos, que le ayuden a obtener ingresos económicos extras para sostener su negocio. Al principio de la pandemia optó por la confección y venta de tapabocas, que hasta ahora, sigue comerciando, pero luego proyectó ir más allá y fabricar estos elementos para la higiene de manos. Ahora, anunció que ya va retomando de a poco su rubro original.