El cultivo de la papa constituye una buena alternativa para la diversificación de la producción agrícola de nuestro país y el mejoramiento de la alimentación de las poblaciones campesinas. La producción nacional apenas cubre el 10% de la demanda interna, mientras que el 90% se importa de los países vecinos.
Mientras todos los distritos soportan una gran sequía, las plantas crecen gracias a los cuidados y la dedicación de los labriegos. Se espera que, en pocas semanas, los agricultores que se sumaron a esta experiencia puedan consumir y comercializar el producto.
Los técnicos que asesoran a los productores indicaron que la papa tiene condiciones necesarias para convertirse en una opción de renta para los labriegos del Sur. Según explicaron, para esta experiencia en el Ñeembucú, se utilizaron las variedades Spunta y Atlantic.
Édgar Iván López, productor de la compañía Yataity de Pilar, resaltó que se trata de una nueva experiencia con un rubro que puede generar buena renta para la población rural. Indicó que paralelamente es apto para el consumo, con presencia cotidiana en la mesa familiar. Mencionó que cuentan con el respaldo de la EBY, que provee fertilizantes, fungicidas y otros insumos requeridos. El MAG y la Facultad de Ciencias, Tecnología y Artes de la UNP aportaron las simientes, mientras los labriegos se responsabilizaron de las tareas necesarias para que la experiencia concluya con éxito. JJB
