Gailey sostiene que hoy el sector financiero se encuentra con dos frentes; por un lado, están las empresas con buenas condiciones de crédito y patrimonios que sirven de garantía para el acceso al crédito y, por otro lado, las empresas muy impactadas por la crisis.
–¿Cómo está el sistema financiero ante la pandemia?
–Es importante hablar sobre cuáles son nuestras percepciones, los papeles sociales de los bancos durante la pandemia. Hablamos mucho de créditos y a veces olvidamos los otros puntos muy importantes. El primer punto es garantizar que los depositantes tengan sus ahorros protegidos. Acá es cuando miramos la liquidez del sistema y el índice de capitalización que los accionistas de los bancos colocaron de patrimonio para garantizar la solvencia del sistema. La solvencia en Paraguay, pese a la crisis, está en una situación muy buena. Hay un mensaje muy diferente de la crisis pasada donde los bancos fueron la causa de la crisis; hoy, pese a la crisis, los bancos tienen patrimonio y la capacidad de ser parte de la solución. Itaú, por ejemplo, tiene un índice de capitalización del 22%, que permite que el banco garantice seguridad y tranquilidad a los depositantes y al cliente. El primer gran papel es la protección del depositante, el segundo es garantizar los medios de pagos, que la moneda siga circulando dentro de la economía, y esto se está logrando con la continuidad de la atención al público en los locales y también a través de los medios digitales.
–¿Qué responde a las quejas de empresas que reclaman la lentitud en la concesión de créditos?
–El tercer gran aspecto de los bancos es gestionar hoy el stock de créditos que hay, ver cómo ajustar el stock de créditos al nuevo flujo de caja de las empresas. Acá no se tiene una dimensión del impacto de lo que se hizo en Paraguay. Por ejemplo, en Italia todos los planes de financiación y las ayudas fueron para las familias de negocios directamente impactadas por el coronavirus. Acá hicimos un plan de renegociación de prórrogas de manera masiva para todas las personas físicas y mipymes del mercado, fue mucho más de lo que hicieron otros países, como Italia y España, por ejemplo. La cantidad de personas y las condiciones aplicadas acá fueron mejores, porque se trasladaron las cuotas para el final de los préstamos. No hay ejemplos similares en el mundo de una refinanciación tan masiva y con condiciones tan benéficas como se han hecho en Paraguay. El cuarto gran desafío es hacer créditos de emergencia durante la pandemia. Acá tenemos dos frentes, hay empresas que tienen buenas condiciones de crédito y patrimonio antes de entrar en la crisis, o que tienen buenas capacidades de aportar garantías en este momento, pero, por otra parte, están las empresas muy impactadas por la crisis.
–¿Qué condiciones crediticias ofrece Itaú con el respaldo del Fogapy?
–Lo que nos aprobó la AFD por el Fogapy es una línea de garantía de G. 250.000 millones, y de eso tenemos una acción para colocar por un valor de G. 344.000 millones, eso va a ir a una tasa de 8,5%, a 48 meses de plazo y un año de gracia. Estamos haciendo una campaña dirigida 100% a nuestros clientes porque vemos que, con la demanda que tenemos, ahí va a ser consumida en un 100% la línea de Fogapy; a esto hay que sumar la otra parte que vamos a financiar con fondeo propio y sin el respaldo del Fogapy.
–¿Son suficientes las medidas tomadas por el BCP?
–El sistema tiene liquidez para hacer frente a los depositantes y hacer nuevos préstamos en el futuro. Para eso el BCP hizo buenas medidas que están garantizando la liquidez en el sistema. Por otro lado, hay un desafío de cómo tratar la incertidumbre sobre cuándo las empresas van a volver a tener ingresos, de cuánto serán sus ingresos y la capacidad para pagar sus deudas. Para eso la solución no la tiene el BCP, sino es el Gobierno a través del Fogapy. Hoy la parte de liquidez si está tratada, lo que hay es un desafío de cómo tratar la incertidumbre y los impactos de la crisis, y hoy el único mecanismo que existe son el fideicomiso y el Fogapy, que son para los sectores muy afectados. Para los otros sectores sí hay capacidad por parte de las empresas para tomar créditos y tener la garantía del Estado. En Itaú, si miramos marzo, abril e inicio de mayo, estamos hablando de nuevos desembolsos de créditos por USD 240 millones, eso genera un impacto muy grande y fuerte en la economía, y creemos que es nuestro papel. Si miramos enero y febrero, la cartera de Itaú creció en G. 277.000 millones, mientras que el sistema financiero redujo su cartera en G. 3.000 millones. Estamos haciendo créditos en montos elevados para la gente que no está tan impactada con la pandemia, y junto con Fogapy estamos apoyando a los sectores más impactados. La expectativa siempre es querer financiar a todos, pero en realidad hay que entender la situación de la gente para hacer la oferta de crédito.
–¿Cuál es la proyección de Itaú para este año?
–Estimamos una caída en alrededor de 1%, pero con un punto de atención muy fuerte, que tenemos sectores que van a estar impactados positivamente, como son la agricultura, la ganadería y la parte de obras civiles. Mientras que habrá otros sectores que estarán muy impactados por la cuarentena, como los servicios, comercios y las industrias. El promedio va a ser bueno, pero con impactos distintos, dependiendo de cada uno de los sectores de la economía, pero creemos que para el 2021 hay todas las condiciones de una retomada fuerte de la economía paraguaya, y de todos los sectores.
–¿Cuáles son las medidas adecuadas para reactivar la economía?
–El Gobierno hizo un subsidio a los trabajadores formales e informales, y a la población más afectada; una inversión en salud que también es muy importante, y tiene muchas obras públicas que ayudan a la economía. Durante este año, el gasto público será el motor para mantener la economía, eso será muy importante para que los negocios se puedan mantener y volver a tener ingresos. El plan para retomar la economía debe ser tan importante como el plan aplicado durante la pandemia y la cuarentena. Eso será el esfuerzo adicional que el Gobierno deberá hacer este año para que la economía vuelva. Es importante saber que durante una pandemia como esta hay un golpe fuerte en la demanda y en la oferta, las personas no compran y las empresas no producen, y con eso la economía real queda parada. El Gobierno tiene el papel de ayudar a que la demanda vuelva, a que las personas tengan acceso a subsidios para que la demanda pueda volver. Asimismo, ayudar a las empresas a producir, y que se mantenga la economía en funcionamiento durante el tiempo de la retomada.
–¿Habla de más subsidios, más deuda?
–El Gobierno tendrá un papel muy importante este año, pero hay que reconocer que eso genera un crecimiento de la deuda del Estado. Para pagar esa deuda el Estado debe ser más eficiente; por lo tanto, las discusiones sobre las reformas del Estado para traer más eficiencia van ser muy importantes para tener la capacidad de pagar la deuda que vamos a generar para garantizar la retomada de la economía, no sólo durante la pandemia, sino también para la retomada de la economía.
–¿Y los bancos cómo pueden ayudar a que vuelvan la oferta y la demanda?
–Es importante saber que la situación de crédito, de las empresas, no va a arreglarse en dos o tres meses, vamos a tener que hacer dos o tres años de digestión de la situación actual, haciendo negociaciones específicas con las empresas, apoyo a empresas específicas. Los bancos tienen un papel de ayudar durante la crisis y otro papel de ayudar en la retomada, apoyar a los que quieran hacer nuevas inversiones para crecer, acompañar a las empresas que van a necesitar de refinanciaciones. Nosotros no estamos mirando esto como una situación de corto plazo, todo el sistema va a tener que apoyar por un plazo más largo, que es por dos o tres años, mirando el tamaño del impacto en la economía que se está esperando para este año.
El Gobierno tendrá un papel muy importante este año, pero hay que reconocer que eso genera un crecimiento de la deuda del Estado. Para pagar esa deuda, el Estado debe ser más eficiente.