Lo que llamó la atención de funcionarios que denunciaron la llegada de estos billetes fue la cantidad excesiva, y que debiendo venir estos apartados de los demás billetes, en este caso la empresa los envío en un mismo paquete.
Siempre según las denuncias acercadas a ÚH, el dinero “extra” sería repartido entre funcionarios de alto rango.
El control aleatorio que se efectúa a los cargamentos derivó en la detección de esta serie (que no fue solicitada por el BCP, sino fue elegida por la empresa que imprimió los billetes para diferenciarlos) obligó al conteo total y a la auditoría correspondiente del cargamento.
Santiago Peña, miembro del Directorio del BCP, explicó que normalmente cuando se realiza la impresión de los billetes, los que salen “fallados” son denominados bajo la serie zeta, para que al llegar el cargamento, la entidad pueda diferenciarlos. Explicó que por los billetes fallidos se cobran multas a las casas que imprimen los papeles, y que en este caso se la penalizó, aunque no especificó la cifra.
De esta manera, el Banco Central emitió los billetes de la serie F; mientras que los billetes denominados serie Z se encuentran en la bóveda de la banca matriz para su posterior destrucción, dada su invalidez monetaria.
notificación. Los billetes de G. 100.000 de la serie zeta no pueden salir en circulación, ya que el Directorio solo autorizó la emisión de la serie F. Sin embargo, en caso de encontrarse alguno de estos billetes debería ser inmediatamente notificado a la banca central para la correspondiente investigación.