23 abr. 2024

Evitar que la ignorancia siga afectando los resultados en salud

Una nueva corriente de desinformación en torno a los termómetros infrarrojos ha llevado a que en muchos locales se deje de medir la temperatura en la frente, lo cual, según autoridades del Ministerio de Salud, distorsiona los resultados. Al igual que lo ocurrido con las antenas de tecnología 5G, la divulgación irresponsable de informaciones falsas, sin sustento científico, sumada a la ignorancia que persiste en un gran sector de la población, lleva a afectar los resultados y puede producir graves daños. Se deben combatir las teorías conspirativas con información pública calificada, responsable y abierta, aceptando las directivas del Ministerio de Salud como principal autoridad en cuestiones sanitarias.

Desde que se empezaron a utilizar los termómetros infrarrojos, también conocidos como pirómetros o termómetros sin contacto, para medir la temperatura corporal humana a corta distancia y poder detectar casos de fiebre como posible síntoma del Covid-19, se han empezado a difundir versiones de que presuntamente el rayo de luz que emiten destruye las neuronas y daña el cerebro.

El temor despertado por esta interpretación, divulgada principalmente a través de redes sociales en internet y servicios de mensajería por teléfonos celulares, ha llevado a que numerosas personas se opongan a que se les mida la temperatura en la frente, e incluso en varios locales comerciales los directivos han establecido que los empleados hagan las mediciones en otros puntos del cuerpo, como los brazos, las muñecas o el cuello, para evitar la molestia de los clientes.

Sin embargo, los expertos en salud sostienen que el uso de este tipo de termómetros no produce ningún efecto nocivo en el cerebro, no queman las neuronas, y que el sitio indicado para captar correctamente la temperatura corporal es precisamente la frente de las personas, ya que la medición en cualquier otro sitio del cuerpo no arrojará un dato preciso y podría distorsionar los resultados, evitando por ejemplo que pueda cumplir el propósito para el cual se utiliza: detectar casos de fiebre que puedan indicar posibles contagios del Covid-19.

Para el uso correcto del termómetro tipo pistola, la zona a ser medida debe estar despejada y seca. Se debe apuntar la sonda en el centro de la frente y mantener una distancia vertical, que suele oscilar entre un centímetro y 15 centímetros, según la distancia sugerida por el proveedor.

Sostener el dispositivo demasiado lejos o demasiado cerca afecta la lectura, destacó la doctora Viviana De Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, en un informe publicado ayer por este diario.

Lo sucedido en torno al uso de los termómetros de infrarrojo es similar a lo que pasó con las noticias falsas o fake news divulgadas sobre los supuestos efectos cancerígenos que podrían causar las antenas de tecnología de comunicación 5G para la telefonía celular, hecho totalmente desmentido por las autoridades de salud.

A pesar de que esta tecnología aún no se ha implementado en nuestro país, se han reportado varios casos de pobladores que han derribado y quemado antenas de telefonía celular, dejando sin comunicación a miles de personas. En la ciudad de Villarrica incluso se produjo un pintoresco caso de personas que quemaron un tanque de agua, creyendo que era una antena 5G.

La divulgación irresponsable de informaciones falsas, sin sustento científico, sumada a la ignorancia que persiste en un gran sector de la población, lleva a afectar los resultados médicos y puede producir graves daños.

Se deben combatir las teorías conspirativas con información pública calificada, responsable y abierta, aceptando las directivas del Ministerio de Salud como principal autoridad en cuestiones sanitarias. Y, sobre todo, es ahora más que nunca cuando debemos todos apelar a la ciencia.

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