19 sept. 2025

Evelio Fernández Arévalos, el testimonio de un político íntegro

En tiempos en los que la política se ve tan degradada, particularmente con la irrupción del dinero del narcotráfico que se inició en forma lenta hasta alcanzar escandalosos niveles de normalidad, como demostraron operativos como A Ultranza Py, hablar de un político íntegro como lo fue Evelio Fernández Arévalos nos recuerda la propia miseria de la presente clase política. Fernández fue un dirigente político y un intelectual, un paraguayo que sirvió a su país con honestidad y decencia; una persona austera y un demócrata.

No es muy frecuente en los tiempos que vivimos que un político, un ex parlamentario, sea recordado con calificativos como intelectual, honesto, íntegro y decente. Pero el ex senador liberal Evelio Fernández Arévalos fue todo eso.

Nos recuerda, sobre todo, en el momento de su fallecimiento, a un pasado no demasiado lejano en que el Paraguay tenía partidos políticos en los que, junto con la dirigencia y los viejos caudillos había también un grupo de intelectuales que ocupaban los espacios de poder dentro de la estructura del Estado, sirviendo al país con honestidad y patriotismo.

Reconocido como uno de los dirigentes políticos e intelectuales más importantes e ilustres del país, falleció a los 92 años. Licenciado en Filosofía y en Derecho por la Universidad Nacional de Asunción, Evelio Fernández fue profesor de Lingüística, Filosofía del Lenguaje y Derecho Constitucional. En dos ocasiones fue presidente del Congreso y de la Cámara de Senadores; embajador del Paraguay en el Brasil; miembro y presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

Fue académico de número desde 2012 de la Academia Paraguaya de la Lengua Española; y uno de los contados paraguayos especialistas en Filosofía del lenguaje, siendo además una eminencia en filología.

Fernández Arévalos se desempeñó en el cargo de senador de la Nación durante tres legislaturas seguidas, culminó su trabajo parlamentario y se retiró para llevar hasta el final una vida austera.

Imposible, considerando la estatura intelectual y si integridad personal, no hacer comparaciones con la clase política actual. Nuestra realidad que muchas veces ya está normalizada ante estos hechos, precisa sin embargo un recordatorio de que hubo momentos en nuestra historia en los que demócratas e intelectuales regían los destinos del país.

Por eso precisamente debemos recordar, como aquel funesto récord marcado en las elecciones para el periodo 2018-2023, cuando un total de once congresistas electos, entre diputados, senadores y parlasurianos, acarreaban imputaciones, acusaciones e investigaciones por parte del Ministerio Público, por presuntamente cometer diversos hechos de corrupción. Esta marca es una ignominia y debemos recordarla cuando recordamos a un político que ni siquiera cuando fue presidente del Congreso Nacional utilizó alguno de los lujosos vehículos a disposición del cargo que ostentaba.

Lamentablemente, la corrupción y la impunidad campean desde hace décadas en nuestra política local, un déficit de los 34 años de transición a la democracia tras la larga dictadura en los que no se ha podido construir una cultura democrática, una ciudadanía crítica e instituciones fuertes. Este ha sido probablemente el caldo de cultivo donde se han ido fortaleciendo nuestras disposiciones menos democráticas.

Lo peor, la normalización de estas realidades, del uso del dinero del narcotráfico y el crimen organizado en la política paraguaya. Ese fue un proceso que se dio en forma sostenida, iniciando cuando el crimen organizado financiaba candidaturas al Congreso, para después perfeccionar su accionar y obtener así una marcada influencia en las decisiones políticas.

En tiempos en que estas realidades de corrupción, impunidad y regresiones autoritarias ponen en riesgo a la misma democracia, es muy importante contar con figuras que nos señalan a políticos que dignifican la política. Evelio Fernández Arévalos, quien fue un intelectual, un político, un hombre decente, una voz equilibrada que dedicó su vida a contribuir a la consolidación de la democracia y las instituciones de la República.