Personajes históricos, como Madame Lynch, frecuentaban la Estación del Ferrocarril de Patiño Cué, Itauguá, para llegar a su casaquinta, ubicada estratégicamente frente a la terminal ferroviaria. Los restos del presidente Mariscal José Félix Estigarribia también fueron acercados hasta el lugar para trasladarlos en tren hasta la capital, tras sufrir el fatal accidente aéreo en Altos, recuerda la historiadora Margarita Durán Estragó.
El funcionamiento del ferrocarril trajo años de esplendor económico para el pueblo, por los puestos de trabajo generados en torno al rubro viajero.
Frente a la estación de Patiño Cué, Itauguá, ahora solo pasa el silencio. Las infraestructuras se caen a pedazos y la restauración aún parece estar lejos de esta parada, al igual que en la mayoría de las otras ex estaciones de tren en el país.
En el predio se realizaron dos construcciones. De la primera edificación solo quedan parte de lo que fueron las paredes y restos de una viga. Las plantas invasoras se apoderan de la estructura y los restos de todo tipo de residuos, depositados hace tiempo, delatan que la antigua casa era utilizada como vertedero clandestino.
La segunda casona, hecha por ingleses y la última en ser utilizada como terminal, ahora funge como domicilio particular. Los cuidadores aseguran que son contratados por Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa) y que de no ser habitada, el saqueo no cesaría.
“Hace como 12 años que vivimos aquí con mi marido. A él le contratan en Fepasa para que pueda cuidar el lugar. Si esto no se habitaba hasta los rieles iban a ser llevados. De hecho, muchos utensilios se robaron y esto era un aguantadero”, expresa Lourdes Olmedo, residente del sitio también deteriorado.
La restauración en Patiño Cué podría darse con el proyecto de Tren del Lago, pero en este momento todos los posibles trabajos se encuentran en proceso de análisis, manifiesta el nuevo titular de Fepasa, Lauro Ramírez.
Ramírez sostuvo que de las 42 estaciones existentes, en algunos casos se logra el mantenimiento y puesta en valor tras el convenio con municipios; sin embargo, afirma desconocer el total de las terminales que se encuentran en total abandono.
HISTORIA. “La estación de Patiño ya estaba durante la Guerra del 70; fue construida cierto tiempo después de la inauguración de la Estación de Central del Ferrocarril (1864). Creo que la construcción allí fue en función de la casaquinta de Madame Lynch, que estaba enfrente, así como la estación de Botánico, pegada a su casa”, considera Durán.
Otro hecho histórico en torno a la terminal de Patiño Cué –menciona– que en plena guerra, la noche antes de la evacuación de Asunción (1868), el Mariscal Francisco Solano López pide a Madame Lynch para que llevara, de manera secreta, los objetos más preciados en el tren, hasta la casaquinta de Patiño. “La residencia fue confiscada después de la guerra. La rentó un portugués por cuatro años. La compró Pedro Kendal, en 1876, y luego fue de Luis Boccard”, indica.
Durán lamenta que muchas de las estaciones de tren que otorgó años de prosperidad para los pueblos y fue escenario de hechos históricos, hoy, solo sean ruinas.