Cuatro analistas coinciden en que la crisis que genera esta pandemia debe forzar a replantear las políticas públicas con mayor inversión en salud y educación.
Pero, consideran que la urgente oxigenación al sistema sanitario y la inyección de dinero a las capas más golpeadas por la recesión económica, no debe aplicarse a costa de mayor endeudamiento.
“En una cuarentena larga habrá mucha gente que va a caer en pobreza y no va a poder salir de ella”, sopesa la economista Verónica Serafini Geoghegan. Ni hablar –dice- de las pequeñas y medianas empresas quebradas por la paralización prolongada debido al aislamiento social.
“Sí o sí el próximo corte de la encuesta permanente de hogares va a haber pobreza en exceso”, suscribe la socióloga e historiadora, Milda Rivarola. Esto es de esperar “porque las remesas frenaban el crecimiento de la pobreza”, indica.
Hoy, se ve a compatriotas que vuelven desesperados al país. “Los que volvieron aumentan la franja; y los que no, se quedan en la calle en Europa, Argentina o Brasil”, lanza.
Para Serafini, lo positivo de esta pandemia -si cabe- es que “las señales de que las cosas estaban mal se exacerbaron, por lo que se impone un cambio radical”. Avizora que los efectos de esta crisis van a durar “entre 30 y 50 años por el endeudamiento” y lo más probable es que muchos indicadores que mejoraron entre los años 2000 y 2013 “van a retroceder”.
Por eso, cree que se tiene la gran oportunidad de iniciar una “profunda transformación económica y social”, pero a expensas de “la pérdida de privilegios de una minoría, para que la mayoría acceda a derechos”, postula.
“Una de las mayores injusticias que debe subsanarse es la retribución al país que deben hacer los sojeros. No puede ser que generen rentas con recursos nacionales y no retribuyan con un aporte al menos igualitario que el de los demás sectores del país”, argumenta.
Oportunidad
Milda Rivarola se muestra más escéptica y tira: “No soy economista, pero creo que se está perdiendo una oportunidad única e irrepetible en el Paraguay. No vamos a tener una oportunidad como esta de hacer alguna reforma en el sistema tributario”, refiere sobre el plan de salvataje.
“Lo que se está comprando con esta cuarentena, que va a repetirse hasta finales de mayo como mínimo, es tiempo nomás. Pero, ese tiempo que se compra a tan alto costo ciudadano tiene que invertirse en más diagnósticos, en construcción de hospitales, en contratación de personal médico, en compra de remedios. O sino se está diciendo a la gente que se está sacrificando al santo botón”, avisa.
El sociólogo José Carlos Rodríguez comparte que el proyecto anticrisis del Gobierno -a instancias del Congreso- de subsidiar a costa de endeudamiento solo beneficia a un sector privilegiado. “El resultado es que el Estado será carneado. O talado, desmontado. Y, después de la crisis, para funcionar, alguien deberá pagar las cuentas. ¿Quién lo hará?: Serán los más vulnerables. Para ello está blindada la estructura tributaria vigente”, cuestiona.
“Luego de esta crisis se deben replantear las políticas públicas en cuanto a educación y salud”, refuerza el historiador Herib Caballero Campos y toma prestada una máxima de su colega español Josep Fontana: “O aprendemos a vivir más racionalmente en un mundo donde cada vez hay más hombres y menos recursos o los microbios que compiten con nosotros ganarán fácilmente esta guerra”.
Los efectos de esta crisis van a durar entre 30 y 50 años por el endeudamiento.
Verónica Serafini, economista.
Después de la crisis alguien deberá pagar las cuentas. Serán los más vulnerables.
José Carlos Rodríguez, sociólogo.
No vamos a tener una oportunidad como esta para reformar sistema tributario.
Milda Rivarola, socióloga e historiadora.
Tras esta crisis se deben replantear políticas públicas en educación y salud.
Herib Caballero, historiador.