Marecos confirmó que en el año 1999 comenzó una relación comercial entre la Compañía de Asfalto Paraguayo (Compasa) y Petrobras Distribuidora SA y que la relación era normal hasta que la empresa paraguaya, según él, dejó de cumplir con los volúmenes mínimos de compra e incluso llegó a dejar de pagar una factura por valor de 245.000 dólares americanos, hecho que motivó que la compañía brasileña cese de enviar sus productos.
El representante legal también se refirió a la otra empresa Petróleos Brasileiros SA, que también es demandada en este juicio, admitiendo que “es del sistema Petrobras, pero no tiene nada que ver jurídicamente con Petrobras Distribuidora”. Afirmó que Petróleos Brasileiros desde el año 1995 ya proveía asfalto a otras empresas del Paraguay y que no se puede tomar esta situación como ruptura de contrato de exclusividad.
El abogado calificó además de irracional la suma establecida por los peritos, indicando que los puntos de pericia fueron torcidos y son malintencionados. “La jueza, a criterio nuestro, se equivoca porque se apoya en un perito que ella misma designa para establecer números que no son reales”, afirmó.