Un matrimonio a prueba de rumores
Han pasado diez años desde que Alberto II y Charlene de Mónaco se dieron el en una ceremonia civil y luego religiosa. Su boda estuvo rodeada de especulaciones, incluso sobre un intento de fuga de la novia, pero la pareja ha demostrado en este tiempo estar por encima de la polémica.
Charlene era nadadora profesional y él todavía príncipe heredero cuando sus caminos coincidieron en el año 2000 en un campeonato internacional en el Principado.
Entre ese encuentro en el que él le ofreció un ramo de flores tras haber ganado los 200 metros espalda y la primera vez que la invitó a salir pasaron doce meses y el flechazo no fue inmediato. La celebración en sí del aniversario será a distancia. Charlene está en Sudáfrica, país al que había viajado en una misión oficial contra la caza furtiva y donde se recupera de los procedimientos a los que ha tenido que ser sometida tras contraer una infección severa en los oídos, la nariz y la garganta. (EFE)