Por Luján Román Aponte**EDICION IMPRESA**
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Los patrones de belleza van cambiando y aumentando con el tiempo, pero también los riesgos. La silicona del fraude, como la llaman, o Poly Implant Prothese, pone en peligro a las mujeres con prótesis del país.
Hoy, esta silicona prohibida ya en casi todo el mundo, por el aumento de casos de rotura e inflamaciones registrados tras su utilización, sigue utilizándose en los quirófanos de nuestro país.
“La PIP es una de las marcas de siliconas implantada actualmente en el país, en donde en los últimos años aumentó muchísimo el numero de estas cirugías, al punto de convertirse en la segunda más practicada por los cirujanos plásticos, luego de la lipoaspiración”, asegura el doctor Mariano Ávila, miembro de la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética del Paraguay.
Esta prótesis -que tiene un costo promedio bajo en el mercado- tiene más riesgo de romperse que las otras debido a que utiliza un gel de silicona no autorizado para la composición de prótesis mamarias, y sus componentes no son los mismos señalados en el prospecto del producto.
Este hallazgo provocó que la Agencia de Seguridad Sanitaria de Productos de Sanidad de Francia suspenda inmediatamente la fabricación, exportación y utilización de los implantes PIP.
A pesar de la amplia difusión de la noticia de las prohibiciones masivas de utilización de este implante a nivel mundial, hasta el momento el Ministerio de Salud Pública de nuestro país no tomó medidas al respecto.
Aún se desconocen casos de implantes PIP afectados en Paraguay, entre otros países, pero organismos de salud sugieren que las implantadas recurran a consultar para verificar el estado de sus siliconas y evitar futuros problemas.
Los profesionales de nuestro medio recomiendan que las mujeres en riesgo, por la utilización de estos productos, tomen medidas urgentes y preventivas.
Garantía y control. Al colocarse la prótesis, que lleva alrededor de 1 hora y 30 minutos, la historia recién comienza, más aún si se registra ruptura de la silicona.
Según el doctor Ávila, es necesario exigir una buena marca y la tarjeta de registro de la prótesis, que sirve de certificado de garantía. “El organismo que tendría que regular todo es el Ministerio de Salud, pero lastimosamente no regula nada”, asegura.
Dio a entender que la vida de las mujeres implantadas podría estar comprometida mientras la cartera de Salud no aplique las medidas de control necesarias con respecto a este producto no recomendado.