LOS ÁNGELES
El funeral del popular activista conservador Charlie Kirk se celebra hoy con la presencia de Donald Trump y otros miembros de su Gobierno en un tenso ambiente político.
La ceremonia tendrá lugar en el Estadio State Farm de Glendale, Arizona, y congregará además de Trump, que dará un discurso, al vicepresidente estadounidense, JD Vance, o a Erika Kirk, viuda de Kirk y nueva directora ejecutiva de Turning Point, la organización que él fundó.
También se espera que hablen el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La Policía local ha advertido que en la zona del estadio, que puede llegar a albergar 73.000 personas y en cuyas cercanías hay otro recinto capaz de acoger otras 20.000, pueden llegar a darse cita más de 100.000 personas ante la popularidad de Kirk, convertido ahora en mártir del conservadurismo, y la presencia del presidente estadounidense y otras figuras de alto perfil.
Kirk, de 31 años, se consolidó como una de las figuras más visibles del conservadurismo tras fundar a los 18 Turning Point, ONG dedicada a promover entre estudiantes los principios de libertad, mercado libre y gobierno limitado. También los valores cristianos como la familia tradicional. Era también un firme defensor de la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión. Estaba siempre dispuesto a debatir ideas: “En el momento en que dejamos de hablarnos, comienza la violencia”, afirmaba en uno de los clips que se han reproducido incansablemente en la última semana.
“El discurso de odio no existe legalmente en EEUU. Hay discursos desagradables, discursos groseros y discursos malvados. Y TODO está protegido por la Primera Enmienda. Mantengamos a EEUU”, escribió en su cuenta de X en mayo de 2024.
El 10 de setiembre, Kirk murió de un disparo en el cuello mientras debatía ante centenares de personas en la Universidad Utah Valley, en el estado de Utah.
El asesinato fue presuntamente perpetrado por Tyler Robinson, joven de 22 años nacido en el seno de una familia conservadora que, según las autoridades, se politizó “hacia la izquierda” y radicalizó en los últimos años. El suceso ha generado indignación en diversos sectores de la sociedad y ha sido interpretado como un atentado contra la libertad de expresión.
Trump culpó a los “lunáticos de la izquierda radical” del suceso y su Gobierno prometió tomar medidas contra algunos discursos sobre su muerte.
Rubio advirtió que el Departamento de Estado revocará visas de quienes “celebren la muerte” de ciudadanos estadounidenses; Hegseth prometió actuar contra empleados federales que se burlen del asesinato de Kirk, y Vance instó a denunciar a quienes difundan mensajes similares.
La reacción a la muerte de Kirk generó una ola de celebraciones y justificaciones por una parte de los seguidores de la ideología woke o progresista, en todos los ámbitos.
Las dudas sobre el respeto a la Primera Enmienda que tanto defendía Kirk se han intensificado tras la cancelación de voces críticas en los medios. La cancelación, una medida tradicionalmente aplicada por los progresistas, parece ahora volverse en su contra.
El analista Matthew Dowd fue despedido de MSNBC por vincular la retórica de odio con el asesinato de Kirk; Karen Attiah, de The Washington Post, también enfrentó censura, y la Universidad de Carolina del Sur suspendió a varios profesores por comentarios similares.
Casa Blanca niega supuesta censura y apunta a ABC
La Casa Blanca negó este sábado que ejerciera presión para lograr que se suspendiera el programa del cómico Jimmy Kimmel a causa de los comentarios realizados por este a cuenta del asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
“La decisión de despedir a Jimmy Kimmel y cancelar su programa fue tomada por los ejecutivos de ABC, como se ha informado, y puedo asegurarles que no fue una decisión de la Casa Blanca. El presidente de los EEUU (Donald Trump) no ejerció ninguna presión”, aseguró en una entrevista con la cadena Fox News la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Leavitt afirmó que ella estaba con Trump cuando se conoció la noticia durante la visita de Estado del republicano al Reino Unido esta pasada semana y afirmó que fue ella misma la que le informó sobre lo sucedido, “ya que él desconocía lo que estaba ocurriendo”.
“La pandilla MAGA trató desesperadamente de tildar a este muchacho (Tyler Robinson) que asesinó a Charlie Kirk de cualquier cosa menos de ser uno de ellos y de hacer todo lo posible por sacar rédito político”, dijo Kimmel el lunes por la noche. Estos dichos del conductor contradicen claramente las evidencias encontradas hasta el momento, que apuntan a que el asesino seguía la ideología liberal woke.
POPULARIDAD EN CAÍDA. La popularidad del programa de Kimmel, venía desplomándose en los últimos meses. Según The New York Post tuvo una caída del 43% de la teleaudiencia entre enero y agosto de este año, cuando pasó de tener 1,95 millones de seguidores a solo 1,1.
Su show fue suspendido indefinidamente el miércoles por la cadena ABC.
Horas antes de la suspensión, el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, sugirió que el Gobierno podría tomar medidas contra las filiales de ABC que transmitían el programa.
“Fue una decisión de ABC, porque Jimmy Kimmel mintió deliberadamente a su audiencia en su programa sobre la muerte de un hombre muy respetado, en un momento en que nuestro país estaba de luto”, aseguró Leavitt.
“Si bien el Presidente está de acuerdo con esta decisión, nosotros no tuvimos nada que ver. Fue una decisión de ABC, y sin duda, fue la correcta”, concluyó.
Algunos republicanos como el senador de Texas Ted Cruz no están de acuerdo con la suspensión del show de Kimmel. EFE