17 sept. 2025

En CDE sienten las secuelas de los choques con los contrabandistas

Los vecinos quedaron traumados y por cada disparo que se registra en el río el temor se apodera de ellos y deben buscar refugio en la parte más alta del barrio, contaron los vecinos afectados.

Las secuelas de la golpiza que recibieron los vecinos de la Villa Kuwait del barrio San Miguel de Ciudad del Este, ubicado a orillas del río Paraná, siguen apareciendo a más de una semana de haber sido sometidos a una severa tortura por parte de militares de la Prefectura Naval del Este, luego de que contrabandistas hirieran mortalmente a un militar de la Marina.

Los vecinos quedaron traumados y por cada disparo que se registra en el río, el miedo se apodera de ellos y deben buscar refugio en la parte más alta del barrio, conforme al testimonio de algunos de los afectados. Entre los vecinos tuvieron que organizar olla popular para alimentar a las familias. “No está muy buena la situación. Hay muchos gastos por alimentación y medicamentos. Cada día se va empeorando los lastimados, están apareciendo secuelas. Muchos ni siquiera pueden caminar por los golpes que recibieron”, afirmó Blas Martínez, quien integra un grupo de WhatsApp en el que se coordina ayuda humanitaria para las víctimas.

Martínez reveló que muchos son trabajadores informales, jardineros, estibadores, cortadores de césped, que vivían de su trabajo del día a día, pero que por la situación procesal en el que se encuentran ni siquiera pueden salir a trabajar, debido a que están con arrestos domiciliarios.

temor por la noche. Fueron 35 las personas aprehendidas y sometidas a tortura por parte de los miliares bajo el mando del capitán de navío, Walter Díaz, destituido posteriormente por sus superiores en la madrugada del 16 de julio, luego de que unos contrabandistas balearan al suboficial de 3ª División de Infantería, Marcos Agüero, quien falleció posteriormente. “Hay un trauma generalizado cuando llega la noche. Los marinos hacen su trabajo, pero cuando volvieron a disparar en la noche del jueves, muchos salieron de sus casas y subieron a dormir en el patio de los vecinos hacia arriba. Ya no pueden dormir tranquilos, hasta reciben versiones de que los marinos van a volver en cualquier momento y que deben abandonar sus casas”, relató Martínez.

El diputado Jorge Brítez también se encuentra acompañando el proceso penal de los afectados por la investigación del homicidio del que resultaría víctima el militar Marcos Agüero. “Hay un miedo latente entre ellos. La cuestión es que hubo un hecho muy grave, que es la muerte de este marino. Queremos que haya justicia y que se sepa la verdad. De dónde vino el disparo y no que se impute a cualquier chivo expiatorio. Aparentemente, hay una intención de seguir manteniéndoles presos, aunque fuera negativo la prueba de parafina”, denunció Brítez.

Del grupo de 35 personas aprehendidas inicialmente por los militares, solo dos están imputados por homicidio doloso, producción de riesgos comunes, resistencia y violación de la cuarentena. Otras 26 personas están imputadas por frustración a la persecución y ejecución penal, resistencia y violación a la cuarentena sanitaria, por el fiscal Édgar Torales.

Los imputados por homicidio doloso están con prisión preventiva, mientras que los demás con prisión domiciliaria, por orden judicial. Brítez señala que los investigadores deberían dar a conocer los resultados de la prueba de parafina y liberar a los que den negativo a las mismas.

“Morí un minuto”. Hugo González, acusó un corte en una de las venas con los golpes que recibió durante la incursión de los militares. En el Hospital Regional tuvieron que suturarle varios puntos en la muñeca y hasta la fecha aún no puede mover los dedos, según su relato. “Estuve muerto por un minuto. Ya no sentía más nada por la sangre que perdí. Me golpearon porque salí a ver lo que estaban haciendo a mi hermano los militares, mi cuerpo está lleno de golpes todavía, estoy tomando medicamentos que me recetaron. No puedo mover un dedo por el dolor que siento. Casi me mataron”, relató.

González reside a unos 200 metros de la orilla del río, donde ocurrió el tiroteo entre militares y contrabandistas en la medianoche del 15 de julio pasado. Igual, lo detuvieron y golpearon como a todos los que se atrevieron a asomarse fuera de sus casas, cuando comenzaron a atropellar la villa.

Rafael Da Silva Steinhofel y Silvio Brítez, alias Kape, están imputados por homicidio doloso y otros, por el Ministerio Público con relación a la muerte del militar Marcos Agüero. En la casa de Brítez los militares encontraron un rifle calibre 22 y cartuchos. En la imputación fiscal señala que otro que habría disparado es un tal Jorge Andrés, alias pira’i, vecino de Ángel Peña.

No desalientan. Los delincuentes no bajaron la guardia a pesar de los intensos patrullajes en el río Paraná, con apoyo aéreo de los militares de la Prefectura Naval del Este. Incluso, otro tiroteo se registró en la noche del jueves último en la zona del barrio Remansito de Ciudad del Este, en el que estuvieron involucrados policías y militares brasileños, y militares de la Armada Nacional. En la semana, los uniformados se incautaron de embarcaciones y un alijo de estupefacientes con más de 300 kilos que estaban siendo preparados para enviar al Brasil. Por otro lado, en el Puerto Mbya se incautaron de una canoa con motor fuera de borda, repleto de productos comestibles y cosméticos de origen argentino.