Con banderas argentinas y pancartas contra el presidente Alberto Fernández, los manifestantes centraron sus reclamos en la suspensión por 15 días de las clases presenciales en las escuelas, dispuesta por decreto y que regirá a partir de mañana en la capital y su periferia, epicentro de los contagios.
“Los chicos tienen que estar en la escuela, no detrás de una computadora”, se quejó a la AFP Florencia, una manifestante de 39 años, mientras que para la profesora universitaria María Luján Calcaño (62) la medida representa que a los niños “les nieguen el derecho esencial de educarlos”.
“Despertate, no hay virus”, decía el cartel de un manifestante. Algunos quemaron tapabocas en señal de protesta, aunque la mayoría los usó por protección mientras que casi nadie guardó distancia para evitar contagios.
Las nuevas restricciones se aplican sobre Buenos Aires y su periferia (AMBA), donde viven 15 millones de los 45 millones de habitantes del país. Allí la ocupación en las terapias intensivas llegó al 74,3% este sábado, mientras a nivel nacional se ubicó en 64,8%.
Argentina informó este sábado 19.119 nuevos casos y 80 fallecidos, lo que elevó el balance general a 2.677.747 casos y 59.164 muertos. AFP