Según el índice de innovación del Foro Económico Mundial, Paraguay tiene un alto capital humano y una estabilidad macroeconómica que otorgan las condiciones ideales para que las empresas paraguayas desarrollen procesos de innovación, afirmó el experto argentino Marcelo Bechara durante su exposición Cultura de la Innovación: Situación de la Región y presentación del Primer Índice de la Cultura de la Innovación en Paraguay.
Fue en el marco del congreso de contact center Customer Experience & Innovation, inaugurado ayer en el Sheraton Hotel Asunción y que prosigue en la fecha.
Bechara indicó que a estas condiciones ideales del capital humano, para innovar se contrapone la lentitud de las empresas paraguayas para poner en marcha procesos de innovación, que se hacen notorias y se reflejan en los índices medidos por el Foro Económico Mundial.
“Cuando vemos el promedio de los indicadores que se midieron en relación a Paraguay, como fortaleza aparecen las ganas de explorar de la gente, las autonomías, el potencial creativo, las oportunidades para mejorar, pero en contrapartida, resalta una falta de enfoque estructurado de las empresas para la innovación”, explicó.
El argentino enfatizó que en las empresas paraguayas hay una buena predisposición y capacidad para ser creativas, pero que les falta sostener la innovación en el tiempo.
Toma de conciencia. Bechara sostiene que “las empresas paraguayas no tienen muy en claro cómo innovar y por dónde empezar el proceso de cambio”. “Para innovar se precisa, en primer lugar, la concienciación, es decir que los líderes de las empresas tomen conciencia de que hoy la opción es ser disruptores o ser disrumpidos”, explicó.
Agregó que la innovación tiene un peso importante y es la respuesta que se da a los desafíos y cambios exponenciales en que vivimos.
El experto argentino remarcó que si las empresas no toman conciencia de que necesitan renovarse, adquirir ideas nuevas, aceptar la irrupción de nuevos competidores del cambio en el modelo de negocio, de los ciclos de vida de productos y servicios, y de que el perfil del consumidor es otro, se hace muy difícil innovar. “El segundo paso tiene que ver con identificar las fortalezas y las oportunidades para innovar. El tercero se refiere al proceso de ideación, es decir, que a partir de la toma de conciencia, defino un desafío, veo en dónde están mis fortalezas, empiezo a generar ideas y poner a andar la creatividad”, dijo. El cuarto paso se refiere a activar las células de innovación y el quinto, a sistematizar la innovación, incorporando tecnología.