Rosalía Ciciolli
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La chispa de este emprendimiento nació durante la etapa universitaria de Cristina. Mientras investigaba para su tesis, conoció la historia de la india Juliana, una figura muchas veces olvidada en los libros de historia tradicionales. “Sentí que mucha más gente debía conocer esa historia”, cuenta Cristina. Así fue como comenzó a gestarse Heroica, con la idea de transformar la moda en una herramienta de memoria, orgullo y cultura.
Todo a pulmón. En sus inicios, Cristina no contó con grandes fondos ni apoyos institucionales. Todo fue fruto de la autogestión y la confianza de su entorno más cercano.
Familiares, amistades y profesionales del arte y la educación se sumaron al proyecto, aportando saberes, creatividad y compromiso. Las primeras colecciones fueron financiadas con sus propios ahorros y la ayuda de sus padres, una apuesta arriesgada, pero apasionada que hoy da frutos. “No trabajé con ninguna institución directamente, pero si me informe bastante gracias a espacios de formación abiertos que encontré en redes sociales, webs y libros”, remarca la emprendedora.
Recalca que recién ahora, después de cuatro años de explorar opciones como el acceso a capital semilla y buscar la manera de seguir escalando en su proyecto, siente que encontró el camino correcto para seguir adelante.
La emprendedora destaca que recibió mucho apoyo técnico mediante el trabajo colaborativo con ilustradoras, historiadoras, fotógrafas, maestras, que compartieron su saber con ella, con mucho compromiso.
El gran desafío. “Emprender en Paraguay tiene sus desafíos”, afirma Cristina, cuando se le consulta cómo hizo para alcanzar su gran objetivo de encarar un emprendimiento en el país. La artista sanlorenzana destaca que tuvo que sortear algunas barreras como la informalidad o la falta de acceso a herramientas, pero también celebra la resiliencia y la creatividad que caracteriza a quienes deciden emprender. Para ella, el crecimiento personal y profesional van de la mano. “La capacitación constante es clave”, asegura, mientras agrega, que su formación no se detiene: desde las técnicas del rubro textil hasta gestión, redes y temas legales.
Con cuatro años de recorrido, su marca comienza a explorar nuevas posibilidades de financiamiento y expansión. El sueño de Cristina va más allá de consolidarse como una marca local. Aspira a convertir su emprendimiento en un puente educativo y cultural, que llegue a otras latitudes y que permita mostrar, con orgullo, la fuerza de las mujeres paraguayas a través del diseño. “Quiero que nuestras prendas lleguen a ferias internacionales o simplemente estén en los armarios de personas que valoran nuestra historia”, concluye Cristina, con una visión que mezcla determinación, arte y un profundo amor por el Paraguay.