Una mujer enérgica mueve la cadera en medio de dos chiperas que la siguen; un hombre con cara de pícaro se toma fotos entre estudiantes, quienes le prestan sus lentes de sol. La primera es una diputada; el segundo, el presidente de la República. No son los típicos influencers que venden una crema de skin care. Ellos se postulan a un cargo de relevancia nacional o toman decisiones que pueden cambiar nuestras vidas.
En el mundo, los políticos que han entendido cómo transmitir su mensaje en TikTok pudieron capitalizarse en popularidad. Uno de los ejemplos más cercanos es Rodolfo Hernández, quien –si bien no pudo ganar a Gustavo Petro– sorprendió en las elecciones de Colombia con una elevada cantidad de votos, luego de centrar su campaña con videos en esta plataforma.
A nivel local todavía no se cuentan con elementos para medir los efectos de las redes sociales, lo que seguramente lo podremos hacer después del 30 de abril.
Mientras tanto, ya son notorios los candidatos que suman seguidores e interacciones. Una de las más activas es Kattya González, la diputada que quiere ser senadora, y dice que será la más votada. Tiene casi 235.000 seguidores, supera al presidente Mario Abdo, quien es otro que llamó la atención en TikTok, y tiene casi 232.000 seguidores. La colorada Lilian Samaniego también dio que hablar, con su estilo casi soso, alcanzó 12.000 seguidores y no para de generar contenido.
En el centro comercial de las redes sociales, es TikTok la tienda más visitada. Un reportaje del periódico El Tiempo etiquetó a esta plataforma como “la nueva plaza pública”, aunque definitivamente, de pública no tiene nada, de plaza, tampoco. Sus estímulos para mantener la atención de las personas tienen alto impacto en la salud mental y son profundamente adictivos.
Otro cuestionamiento es que TikTok es propicio para la desinformación. La plataforma decidió clasificar los perfiles políticos relevantes, como cuentas de gobiernos, personas que se dedican a la política y partidos políticos. Supuestamente, para combatir la desinformación.
Pero seguimos en el plano local. En esta puja por ganar la atención de los usuarios de TikTok se destaca también Euclides Acevedo, quien acumuló casi 17.000 seguidores. Más distendido y jovial aparece igualmente Santiago Peña, con más de 51.000 seguidores, y Efraín Alegre, con poco menos de 3.000 seguidores.
Los políticos buscan entender y adaptarse al nuevo lenguaje impuesto por las redes sociales. ¿Pero es esta dinámica social positiva para comunicar? ¿Se puede ir más allá del entretenimiento?
Sin duda será complejo captar la atención cuando la idea es difundir información, temas coyunturales y de impacto en la agenda pública, activismo, derecho, políticas públicas. Un gran desafío no solo para políticos, sino para la comunidad, que tiene solo tres segundos para generar interés.
