El número de tarjetas de crédito activas en el sistema financiero paraguayo alcanzó 2,45 millones al cierre de setiembre, lo que representa un crecimiento interanual del 82,4%.
Según la consultora Mentu, con datos del Banco Central del Paraguay (BCP), el saldo vigente de estas tarjetas totalizó G. 5,6 billones (USD 797 millones), con un aumento del 30,7% frente al mismo mes del año pasado.
El informe muestra que el número de tarjetas crece más rápido que el saldo total, lo que derivó en una caída del 28,3% interanual del saldo promedio por tarjeta, actualmente situado en PYG 2,3 millones. Este comportamiento evidencia que cada vez más personas acceden a una tarjeta de crédito, en especial dentro de segmentos de ingresos medios y bajos.
Las líneas de crédito más dinámicas en setiembre fueron las menores a G. 3 millones, con un incremento interanual del 54,7%, y las mayores a G. 10 millones, con una expansión del 28,9%.
Sin embargo, las líneas más bajas son también las que presentan los mayores niveles de morosidad, con tasas del 6,9% para las menores a G. 3 millones y 6,8% para las de entre 3 y 5 millones.
El economista Jorge Garicoche, gerente de la Unidad de Economía de la consultora Mentu, destacó el fuerte avance en el acceso al crédito. “Hace un par de años la población con tarjeta era muy baja. Hoy, más de la mitad de los paraguayos tiene una tarjeta, lo que muestra un cambio enorme y un acceso muy importante. El gran desafío ahora es la educación financiera”, indicó.
Garicoche subrayó que la inclusión financiera tiene tres pilares: Acceso, uso y educación. “El acceso y el uso se están dando, pero la educación es la pata más débil. Muchos no comprenden del todo cómo funciona el crédito o el impacto de pagar solo el mínimo. Por eso, la educación debe acompañar este proceso”, señaló.
Por su parte, la economista Martha Coronel, también de Mentu, destacó que la expansión del crédito está dinamizando el consumo, especialmente en sectores de menores ingresos.
“Las entidades están llegando a nuevos segmentos, lo que ayuda a sostener el gasto de consumo. Sin embargo, es fundamental que las personas entiendan el funcionamiento del crédito, para evitar el sobreendeudamiento. Muchos no saben qué significa límite o las consecuencias de pagar solo el mínimo”, enfatizó.
Coronel agregó que, aunque el fenómeno contribuye a la actividad económica, es necesario acompañar a los nuevos usuarios con estrategias de educación financiera. “Hay jóvenes universitarios que ya manejan ciertos conceptos, pero también hay trabajadores industriales o técnicos que recién acceden a una tarjeta y necesitan apoyo para usarla correctamente. El crédito puede ser una buena herramienta, siempre que se administre con conocimiento y responsabilidad”, puntualizó.